A pesar de haber enfrentado la pérdida de familiares en trágicos ataques terroristas, un grupo de educadores en Israel continúa con su labor diaria en las aulas, motivados por el deseo de transmitir los valores de sus seres queridos fallecidos. Estos docentes, quienes han sufrido pérdidas devastadoras, encuentran en la enseñanza una forma de honrar a aquellos que murieron defendiendo a su país.
Sion Borbik y Nathalie Amar, hermanas de Eden David Moshe, un joven asesinado durante el ataque en la fiesta de Nova el pasado 7 de octubre, ejemplifican este compromiso. Eden, de 27 años, era un estudiante brillante y querido, conocido por su generosidad y bondad. Según Sion, subdirectora de una escuela en Ramla, la misión de ambas hermanas es preservar y difundir la luz que caracterizaba a Eden. A pesar del dolor, han decidido seguir educando a las futuras generaciones en las mismas escuelas de su comunidad, transmitiendo los valores de fraternidad y apoyo que su hermano les inculcó.
Nathalie, quien enseña en una escuela primaria, regresó a las aulas dos meses después de la tragedia. Aunque el inicio del nuevo curso escolar reabrió heridas, ha encontrado consuelo en sus alumnos, quienes la rodean de cariño y apoyo, ayudándola a sobrellevar su dolor.
Otro educador que continúa en su labor es Aden Nagar, un profesor de deportes en Rishon Lezion, cuyo hermano Tomer, un soldado de la brigada Golani, fue asesinado defendiendo a su país en los primeros momentos del ataque del 7 de octubre. Aden, quien estaba considerando dejar la enseñanza antes de la tragedia, decidió quedarse en el sistema educativo para honrar la memoria de su hermano. “Mi objetivo es inculcar a los estudiantes los valores que tenía Tomer: amor por la tierra y la contribución al Estado de Israel”, afirma Aden, quien lleva tatuado el momento exacto en que Tomer cayó en combate, un símbolo del sacrificio heroico de su hermano.
Aviva Atari, supervisora del Ministerio de Educación, también ha enfrentado una dura pérdida. Su yerno, Yahav Viner, murió defendiendo a su esposa y su hija de un mes de vida durante un ataque en su hogar en Kfar Gaza. A pesar del dolor, Aviva sigue impulsando proyectos educativos que fomenten la convivencia entre judíos y árabes, honrando la memoria de su yerno, quien creía profundamente en la solidaridad y la justicia social.
Estos educadores muestran una fortaleza extraordinaria al seguir enseñando y apoyando a sus estudiantes, a pesar de las heridas que cargan en su corazón. En cada clase y actividad que llevan a cabo, mantienen vivo el legado de sus seres queridos, construyendo un futuro donde los valores de fraternidad, sacrificio y solidaridad prevalezcan.
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