Egipto ha ordenado congelar las conversaciones sobre la importación de gas israelí tras la decisión de la Cámara de Comercio Internacional que le exige indemnizar a la Compañía de Electricidad de Israel por un monto de 1.760 millones de dólares debido al corte del suministro del fluido en 2012.
Egipto había estado suministrando gas a Israel, en el marco de un contrato, de veinte años de duración, pero el convenio colapsó a raíz de los constantes ataques del terrorismo islámico contra el gasoducto en la península del Sinaí, forzando a la empresa estatal israelí a comprar combustibles más caros para generar electricidad.
El dictamen, decidido por tres árbitros internacionales en sesiones cerradas, pone fin a tres años y medio de discusiones en los que la Compañía de Electricidad de Israel exigía cuatro millones de dólares en concepto de daños y perjuicios por la cancelación egipcia del acuerdo de gas en 2012.
Las empresas estatales egipcias EGPC y EGAS son las que deben hacerse cargo de las compensaciones.
En respuesta, el Ministerio de Petróleo de Egipto ordenó congelar las conversaciones sobre la importación de gas israelí hasta la apelación del caso y la clarificación del dictamen.
Tras el descubrimiento de un gran yacimiento de gas en el Mar Mediterráneo, Israel se dispone a convertirse en un importante proveedor del fluido, y está buscando compradores potenciales, incluyendo a Jordania y a Egipto.
Antes de 2012, Israel importaba gas natural de Egipto a través de un gasoducto que corría a través de la agitada península del Sinaí, pero la tubería se volvió blanco del sabotaje islamista. El acuerdo, que se suponía que duraría veinte años, fue cancelado por las autoridades egipcias tras la caída del presidente Hosni Mubarak, en 2012.
Al suspender la importación de gas, la empresa israelí de electricidad se vio obligada a procurarse combustible de fuentes más caras, lo que resultó en una pérdida de diez mil millones de shekels, lo que puso a la compañía generadora de electricidad cerca del colapso. Eventualmente, el costo de la electricidad fue cargado sobre los consumidores israelíes, y aumentó hasta un 30 por ciento.
La demanda inicial contra las compañías egipcias de gas fue presentada por EMG (East Mediterranean Gas Company), la empresa que erigió y operó el gasoducto entre 2008 y 2011. EMG, propiedad del empresario peruano-israelí Yosef Maimon y de socios extranjeros, inició la demanda en nombre de la Compañía de Electricidad de Israel, en febrero de 2012.
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