En una entrevista con Iton Gadol, la directora del Instituto de Asuntos Latinos y Latinoamericanos del AJC, Dina Siegel, destacó que la comunidad latina en Estados Unidos es de “55 millones de habitantes y económicamente tiene una capacidad de consumo enorme. Es una comunidad que cada vez ocupa más puestos de toma de decisiones”.
En esta oportunidad, uno de los participantes fue el embajador de Argentina en EEUU, Matín Lousteau, que “tenía un gran interés, desde hace mucho tiempo, en conocer Israel”. “Una de las cosas que más nos subrayan los participantes es el inmenso respeto que tenemos para mostrarles toda la realidad”, destacó Siegel.
¿En qué consistió este viaje a Israel?
Este es un viaje característico, adaptado al perfil del público que estábamos llevando. Este era un viaje para líderes latinos. De hecho, llevamos a gente realmente importante, muchos líderes latinos emergentes, otros ya elegidos. Cada año llevamos uno o dos grupos de latinos. La comunidad latina en Estados Unidos está creciendo en proporciones muy importantes, tiene un grupo muy importante de millones de nuevos votantes.
¿Quiénes son ellos, de qué estamos hablando cuando los nombra?
Estamos hablando de 55 millones plus de latinos en este país y son hispanos que provienen de distintas partes de los Estados Unidos. Dos tercios son mexicanos; la segunda comunidad es la comunidad puertorriqueña; después es la comunidad centroamericana, salvadoreños, guatemaltecos, etcétera; y la cuarta son los cubanos. Estamos hablando de una comunidad tremendamente diversa.
¿Con representación parlamentaria?
Claro, creció ahora la comunidad. Hablamos de 55 millones de habitantes, no es como la comunidad judía que son seis millones. Por ejemplo, había dos senadores latinos, ahora tienen cinco senadores latinos. Es una comunidad que está más destacada políticamente. Económicamente tiene una capacidad de consumo enorme, entonces no puedes ignorarla. Es una comunidad que cada vez ocupa más puestos de toma de decisiones. Nosotros estábamos trabajando con la comunidad hispana desde los años ‘70 por una cuestión de los derechos humanos. Entonces, cuando fue toda la lucha por los derechos civiles con la comunidad afroamericana, los latinos también fueron parte de esta lucha por los derechos civiles. Pero es en el año 2000 cuando queda muy claro que la comunidad hispana es la comunidad minoritaria que va en incremento sustancial. Los números ya eran muy contundentes, pero esto ha ido creciendo. Ahí es cuando el AJC adopta, con la creación de nuestro Instituto, una estrategia mucho más de largo plazo.
¿Qué proyectos tienen con ellos?
La idea realmente es crear estas relaciones. En primer lugar, identificar quiénes son los interlocutores de primera línea dentro de la comunidad y crear una agencia en común, basada en experiencias comunes, con valores comunes. Hemos hecho viajes a América Latina, pero los viajes a Israel, a través del AJC, fueron muy buenos. Otros años también viajamos con latinoamericanos. Este año hubo cinco viajes, nada más del Instituto, tres de ellos a América Latina, dos de ellos con latinos, y la idea es que se cree realmente una conciencia en las comunidades latinas de la importancia de la alianza estratégica entre Israel y Estados Unidos.
Entender de primera línea lo que acontece en Israel, de una manera muy amplia y muy diversa. O sea, nos exponemos a toda la complejidad y la realidad de Israel, su contexto regional, de si vamos a Ramallah, si hay relación, hay encuentros con el gobierno nacional de los palestinos, porque consideramos que eso es parte de la verdad.
La idea es que realmente, en el futuro, no piensen en Israel de una manera mala, sino que entiendan cuáles son los retos, también los logros de Israel, esa es la idea. Entonces, este fue un viaje enfocado en líderes latinos y el hecho de que se nos sumara el embajador Martín Lousteau nos dio muchísimo gusto. Él tenía un gran interés, desde hace mucho tiempo, en conocer Israel. De manera muy auspiciosa tuvo el tiempo, tuvo la oportunidad de hacerlo. Porque te imaginarás que su agenda es bastante ocupada, y decidió aprovechar la oportunidad. En general, la agenda, más allá de temas que además son importantes para todos, últimamente hubo un énfasis especial en el tema migratorio, por la situación de los judíos latinos. Pero eso, más que nada también reflejó la diversidad, porque estuvimos por ejemplo con inmigrantes, con una mujer rusa, un inmigrante ruso y también un inmigrante etíope.
Entonces, ¿cuáles son los retos de la incorporación?, ¿cómo Israel aborda todo lo que es el tema migratorio? Muchas de las cosas son parte de cualquier delegación que nosotros organizamos, así que creo que el embajador Lousteau se dio cuenta de cuáles son los aspectos más importantes dentro de la agenda doméstica e internacional de Israel.
¿Considera que estos viajes se van a seguir repitiendo?
Claro, este año fueron 29 viajes que se realizaron. Son grupos muy disímiles, entre grupos religiosos de Asia, y cuando estuvimos ahí había un grupo que estaba llevando a gente de la Unión Europea en Bruselas, porque el Instituto Transatlántico AJC, está en Bruselas.
Estos viajes crean lazos que no son una mirada superficial, con una manera simplista, sino realmente lazos muy profundos. Porque en la medida que enseñan los distintos aspectos, una de las cosas que más nos subrayan los participantes es el inmenso respeto que tenemos a nuestros participantes para mostrarles toda la realidad y que ellos lleguen a sus propias conclusiones.
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