El presidente Isaac Herzog encendió la octava vela de Janucá esta tarde, jueves, en la “Plaza de los Rehenes” en Tel Aviv, con las familias de los rehenes retenidos por los terroristas de Hamás en Gaza.
Tras una reunión con representantes de las familias de los rehenes, el Presidente se unió a la gran multitud reunida en la plaza para encender la octava y última vela de la Fiesta de Janucá.
El presidente Herzog se dirigió a los reunidos y dijo: “Jánuca es una fiesta de heroísmo, quiero hablar del heroísmo de los rehenes. De su suprema valentía. Deseo ofrecerles fuerza, desde aquí les enviamos cariño, ánimo, refuerzo y apoyo, y les decimos: ¡volveréis sanos y salvos a casa!
La festividad de Janucá es también una festividad de responsabilidad mutua, todo Israel es responsable unos de otros y, de hecho, nuestros soldados están actuando con determinación audaz, heroicamente, arriesgando y sacrificando sus vidas para derrotar al enemigo y traer a los rehenes a casa.
La fiesta de Janucá es también un tiempo de unidad. Puedo decirles que hay una gran unidad de propósito, hay una gran ambición compartida de devolver a los rehenes. Hay un enorme esfuerzo israelí para devolver a los rehenes a sus hogares.
Éste es el profundo compromiso del Estado de Israel y del pueblo de Israel: verlos en casa lo antes posible.
Nos enfrentamos a un enemigo amargo, cruel, sofisticado y cínico. Así que parte de la campaña es saber cómo enfrentarlos y saber que, al final del día, tanto las acciones militares como las de otro tipo los traerán a casa.
Por encima de todo, Janucá es una fiesta de milagros. Ahora encenderemos las velas de Janucá. Como decimos, “aquí ocurrió un gran milagro”. Y con la ayuda de Dios y acciones valientes, veremos un gran milagro y los rehenes regresarán a casa”.
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