El príncipe Carlos de Inglaterra llamó al ex rabino principal británico Jonathan Sacks “luz para esta nación” en un tributo que marca el final de los 30 días de luto del judaísmo desde la muerte del jefe religioso.
Carlos, cuyo título es el Príncipe de Gales, elogió a Sacks, quien murió a los 72 años el 7 de noviembre, en un video pregrabado transmitido el domingo que fue visto por miles de espectadores de todo el mundo. La ceremonia también contó con discursos del presidente israelí Reuven Rivlin, el ex primer ministro británico Tony Blair y Lord Jacob Rothschild.
“A través de sus escritos, sermones y transmisiones, el rabino Sacks tocó la vida de innumerables personas con su sabiduría inquebrantable, con su profunda cordura y con una convicción moral que, en un mundo confuso, era demasiado raro”, dijo Carlos.
Rivlin señaló la defensa de Sacks por la democracia liberal como la “mejor manera de mantener los valores del monoteísmo” porque “la democracia liberal deja espacio para las diferencias”.
Sacks fue un colaborador frecuente de los medios británicos y fue muy apreciado en todo el mundo de habla inglesa y más allá. En el mundo judío, fue celebrado tanto por sus escritos e interpretaciones rabínicas como por su capacidad para enseñar a las audiencias no judías tanto el pasado como el presente del judaísmo e Israel en términos relacionados.
“Con razón, tanto Kavod vino a él y a través de él a todos nosotros”, expresó el gran rabino británico Ephraim Mirvis, quien sucedió a Sacks en 2013. “Gracias a él, ahora todos podemos mantenernos firmes”, transmitió.
El rabino Ari Berman, presidente de la Universidad Yeshiva, dijo que Sacks le impresionó “que hoy hay una doble misión para nuestra gente: proteger y proyectar”.
Berman agregó: “Lord Sacks nos mostró en qué podemos llegar a ser. Y por eso, permanecemos inspirados y agradecidos para siempre”.
La viuda de Sacks, Elaine, dijo que durante los últimos 30 días, un período de luto conocido como sheloshim, se había encontrado deseando compartir la efusión de amor y dolor que había recibido con su esposo.
“Quiero subir las escaleras hasta su estudio y verlo sentado allí escribiendo”, dijo. “’Escucha’, diré. Mira lo que está pasando. Mira cuánta gente ha aprendido de ti, te venera, te ama. Están escribiendo cosas tan conmovedoras sobre ti. Mira lo que has logrado’. Me mirará profundamente, asentirá con la cabeza y dirá: ‘Todavía hay mucho por hacer, y volverá al trabajo directamente’”, expresó la viuda.
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