Marvin Hier se convertirá en el primer rabino en dirigir una oración en la toma de protesta desde 1985 cuando Reagan fue reelecto.
La ferviente y aparentemente omnipresente oposición a que rabino Marvin Hier aceptara la invitación de Donal Trump para dirigir una oración en la toma de posesión presidencial no ha detenido a Hier, director del Centro Simon Wiesenthal en los Ángeles, quien ha mantenido una amistad con los Kushner por décadas. Pese a las llamadas para que diera marcha atrás del Rabbi Lookstein en el RCN y de otros que lo apoyan, Hier dijo que aceptó inmediatamente la invitación de Trump para ser uno de los seis clérigos presentes porque “era lo (honorable) que se tenía que hacer”.
El jueves habló con Ha’aretz para explicar su nada difícil decisión de apoyar a Trump –un hombre cuya campaña levantó revuelo por su retórica nativista, xenófoba y sexista, que derivó en miles de personas, incluyendo a congresistas judíos que van a protestar el viernes.
Ha sido un gran honor, pero aun antes, era mi deber asistir al evento. Mi padre siempre me dijo “la gracia es primordial” y hubiera sido una grosería no aceptar esta invitación.
“Es especialmente cierto aquí en América, un país dónde los judíos hemos florecido, más que cualquier otra diáspora en el mundo. Imaginen la reacción del público americano si se sabe que un comité presidencia envió una invitación de este tipo y el Rabino la rechazó. Eso provocaría un enorme animadversión. Así que ni siquiera me lo cuestioné, y si, oraré para que sea un gran presidente.
Hier dijo que su texto será “relevante a los retos del siglo 21”. Añadió que “este país ha sido muy bueno conmigo, con mis padres que llegaron como inmigrantes pobres de Polonia en los 20.Realente veo como una obligación el rezar por su éxito, porque América es verdaderamente, la gran democracia del mundo.
El último rabino que dirigió una oración en una toma de posesión presidencial fue Alfred Gottschalk –un líder en Judaísmo de la reforma y director del Hebrew Union College- Instituto de Religión Judía, que murió en 2009- y que dirigió la siguiente oración en el segundo juramento de Ronald Reagan:
Nosotros el pueblo, nos volvemos a ti Oh Dios en oración. Hemos regresado a este lugar que despierta nuestros corazones para reafirmar los más altos ideales de nuestra Nación. Los sagrados juramentos que serán pronunciados en tu nombre reflejan las impresionantes responsabilidades confiadas a nuestro Presidente y Vicepresidente por el pueblo Americano. Tu que eres la roca de los siglos, guíalos para proteger la Constitución de nuestra amada comunidad, fundada en la fe, que asegura la unidad sin uniformidad. Sostenlos Oh Dios, mientras avanzan al estilo americano que “no sanciona el fanatismo” a “malevolencia sin esperanza”
Oh Fuente de toda la vida, consagra en sus corazones el conocimiento de que todos son creados a Tu imagen y que la vida –tu regalo- es sagrada.
Inspira a nuestros líderes para combatir el hambre y el dolor, para promover la compasión, y encontrar formas exitosas para asegurar a los débiles la promesa de América. En humildad rezamos para que esta oportunidad de renovación avance en la reconciliación de la familia de las naciones, garantizando la paz en el mundo y la tranquilidad en los confines del universo. Aquellos que nos siguen, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, bendigan a nuestro Presidente y Vicepresidente, sus familias y todos los asociados con ellos en el Gobierno, para que podamos recordar este tiempo y esta administración como aquella en la que su futuro fue asegurado.
Oh Dios, podrías Tu, que haces la paz en las alturas, ayudarnos aquí en la Tierra a encontrar el camino a la paz.
Bendito seas Tú, oh Dios. Aleichem Shalom, que nos das la paz. Amén
Artículos Relacionados: