El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos dijo ser consciente del «gran impacto» que la noticia sobre el pasado nazi de su abuelo puede haber tenido en muchas personas, especialmente en la comunidad judía, pero aún así se manifestó partidario de la «mayor transparencia» posible.
«Me imagino perfectamente que la noticia tendrá un gran impacto, que evocará muchas emociones, especialmente entre la comunidad judía», dijo el monarca a la televisión NOS, un día después de hacerse público que el difunto príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld, consorte de la reina Juliana de Países Bajos, fue miembro del partido nazi de Adolf Hitler.
El rey se dijo convencido, no obstante, de que hay que afrontar el pasado, incluidos los aspectos menos favorables.
Un historiador encontró en los archivos privados del príncipe el carné de miembro del NSDAP del conde alemán, fallecido en 2004 a los 93 años, confirmando así una suposición planteada antes por otros académicos, y que publicó la prensa neerlandesa.
Tras lo cual, los Archivos Reales decidieron hacer público el mismo día el documento, al que el historiador pudo acceder porque la Casa Real decidió la apertura de sus archivos privados hasta el 6 de septiembre de 1948.
«También tengo la posibilidad de eliminar cosas del archivo, pero he decidido no hacerlo. Creo que todo el archivo debería estar a disposición de los investigadores y de la historiografía de la forma más transparente posible», dijo el rey.
El hallazgo forma parte del libro «De Achterblijvers», obra de Flip Maarschalkerweerd publicada este miércoles, donde el autor explica que halló el documento al catalogar los archivos de Bernardo de Lippe-Biesterfeld tras su muerte (Jena, Alemania, 1911 – Utrecht, Países Bajos, 2004).
Dos historiadores aseguraron en 1996 que el príncipe había pertenecido al partido nazi y que canceló su membresía en 1936, antes de casarse con la reina Juliana, monarca de Países Bajos entre 1948 y 1980.
El aristócrata siempre negó en su vida haber pertenecido al partido nazi de Hitler o simpatizado con este.
«Puedo declarar con la mano en la Biblia: nunca fui nazi, nunca pagué por la membresía, nunca tuve un carné de miembro», dijo Bernardo de Lippe-Biesterfeld poco antes de morir en una entrevista concedida a «De Volkskrant».
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