La amenaza, aún indeterminada, de un plan de ataque de Al Qaida, descubierta gracias a la interceptación de comunicaciones en chats y mensajes electrónicos entre miembros de la organización extremista islámica, ha llevado al Gobierno de Estados Unidos y a naciones europeas a cerrar embajadas y tomar las precauciones en los países de Medio Oriente y África.
Para el especialista Luis Fleischman, el cierre de las embajadas de Estados Unidos y de países europeos se debió a una amenaza muy seria por parte de los líderes de Al Qaida: informaciones interceptadas sobres estos ataques indican que las agresiones se centrarían en la explosión de embajadas y consulados con el uso de atacantes suicidas, carros bomba o la colocación de explosivos en las sedes diplomáticas, según previeron expertos.
Los ataques terroristas de Al Qaida nunca han cesado: hace menos de dos semanas liberaron a más de 500 miembros de la red terrorista recluidos en dos prisiones en Irak con ayuda de ataques a las sedes penitenciarias con carros bomba que permitieron a la red islamista cumplir a cabalidad con sus objetivos trazados: liberar a sus activistas de la cárcel.
“El objetivo de Al Qaida con estas agresiones es una forma de demostrar que son aún una organización fuerte, y que no se han debilitado a pesar de la muerte de Osama bin Laden hace un par de años, o que los bombardeos de Estados Unidos en Pakistán no los han desestabilizado. Ahora nos reorganizamos, nos fortalecimos, renovamos y nos estamos sofisticando, este es el mensaje que envía Al Qaida al mundo, eso intimida a las naciones a luchar contra ellos”, afirmó Fleischman.
Para el presidente de EEUU, Barack Obama, la red se ha debilitado. Además afirmó que la guerra contra el terror termina y que Al Qaida está débil.
El especialista, sin embargo, asegura que la amenaza más grande de Al Qaida se enfoca en el hecho de que esta organización está tomando fuerza en Irak y Siria, sacando provecho de la Primavera Árabe. En el caso de Siria, a pesar de la rebelión que se da contra el régimen alauí de Bashar al Assad, Al Qaida intenta infiltrarse en la crisis interna y luchar contra Al Assad, para robar la rebelión árabe. “Es necesario que EEUU y la comunidad internacional intervengan y no permitan que el gran ganador sea el terrorismo” apuntó.
“Los ataques que vemos de Al Qaida en regiones de Medio Oriente como Irak se deben a un conflicto sectario entre suníes y shiíes, y estos conflictos internos han sido nichos para fortalecerse como red”, indicó.
“En términos de medidas de seguridad es necesario que los países sigan atentos en el cuidado de sus sedes diplomáticas. En el caso de Washington deben estar alerta ante la posibilidad de que existan células de Al Qaida en su país; y en cuanto a la gestión de Obama en lo que concierne a la política exterior, debe ser más activa”, agregó el analista internacional.
“Un nuevo atentado en EEUU implicaría para Obama una evaluación del sistema de seguridad. Y un acto terrorista iniciaría una segunda guerra férrea contra Al Qaida que implicaría el uso de drones por parte de EEUU, lo que intensificaría los enfrentamientos. Además, el uso drones está justificado porque implica protección a las tropas y es efectivo como medio para la eliminación del terrorismo”, afirmó.
Para Fleischman, la intercepción de las comunicaciones es válida, a pesar de la contrariedad que significa el caso del exespía Edward Snowden, puesto que gracias a estas acciones han podido prever un ataque que habría generado una catástrofe mayor.
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