Elecciones en Israel: ¿Quiénes se postulan y cuales son los pronósticos?

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El sistema político israelí en general parece encontrarse en un estancamiento donde la multiplicidad de partidos políticos y la contraposición de intereses entre cada uno de ellos parece irreconciliable.

La última coalición de gobierno liderada por Naftali Benet (sionismo religioso) y Yair Lapid (centro) logro sacar a Israel del estancamiento político al menos por un año, pero las presiones internas en la coalición y la sensación generalizada de que la coalición de gobierno no representa a sus votantes implosionaron al gobierno y llevaron otra vez a la ciudadanía israelí a elecciones, las quintas en 3 años y medio.

Ese estancamiento no es más ni menos que la foto actual de la sociedad israelí, que tras 12 años de gobierno de Benjamin Netanyahu no logra establecer consensos básicos sobre cuál es el rumbo que debe tomar en el futuro con respecto a asuntos fundamentales que hacen a la identidad del estado, su relacion con los palestinos y sus relaciones exteriores.


Se vive un clima de desesperanza porque el público israelí sabe que probablemente tras el 1 de noviembre volverá a haber un “empate técnico” y ningún grupo ni la sección “pro-Netanyahu” ni la “anti-netanyahu” lograra armar coalición.

Así las cosas, la votación del 1 de noviembre, al igual que las cuatro que la precedieron desde 2019, se perfila como un referéndum sobre el ex y aspirante a primer ministro Benjamin Netanyahu, líder del partido Likud. Este punto se ve subrayado por el hecho de que la Knesset tiene una mayoría religiosa y de derecha ideológica de alrededor de 70 de los 120 diputados, pero una coalición estable sigue siendo difícil de alcanzar, en gran parte gracias a la cantidad de políticos que se niegan a ser parte de un gobierno dirigido por Netanyahu, quien puede ser el político más divisivo de Israel, pero también es el más popular en las encuestas.

Netanyahu hablando en el parlamento israelí (archivo)

Comprender los bloques electorales potenciales es fundamental en una elección que, según las encuestas, generara otro punto muerto.

Durante gran parte de la temporada electoral, el bloque religioso de derecha de Netanyahu obtuvo entre 50 y 60 escaños en las encuestas de las principales redes, apenas por debajo de la mayoría de 61 legisladores necesaria para formar un gobierno. Netanyahu dice que su bloque incluirá al Likud, el sionismo religioso de extrema derecha y los partidos Haredi Iahadut Hatora (judaísmo unido de la Tora) y Shas.

Si bien las encuestas electorales israelíes suelen ser inexactas, son muy influyentes tanto entre los políticos como entre los votantes.

Su principal rival político, el primer ministro Yair Lapid, no ha podido articular cómo podrá formar un gobierno, que no incluirá al partido árabe mayoritario tradicionalmente no alineado Hadash-Ta’al.

 

Si Lapid, del centrista Yesh Atid, que heredó el cargo de primer ministro en julio como parte de un acuerdo con el primer ministro saliente Naftali Bennett, no puede transformar su cargo de primer ministro interino en uno permanente, puede tratar de impedir que los rivales formen un gobierno y permanecerá en el puesto de primer ministro hasta que se convoque una sexta elección, posiblemente en mayo.

Al presentarse como una tercera opción de compromiso para primer ministro, el ministro de Defensa, Benny Gantz, enfatiza que no ha sido descalificado por la mayoría de los partidos y que su partido centrista Unidad Nacional puede formar gobierno. Desafortunadamente para sus posibilidades, sus posibles socios de coalición se han descalificado entre sí, en particular, Yisrael Beytenu del ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, y los dos partidos haredi.

El día de las elecciones y su período previo son solo la primera fase para determinar el próximo gobierno. Una vez que los votantes establezcan el mapa de la Knesset, cada partido hará una recomendación al presidente Isaac Herzog sobre qué líder del partido debería tener la primera oportunidad de formar un gobierno como primer ministro. Si tiene éxito en atraer partidos que suman al menos 61 legisladores, asegurándolos a través de promesas de acuerdos de coalición, presupuestos, ministerios y la distribución de otras piezas de poder, ese líder encabezará un nuevo gobierno. Si no, y falla una posible segunda ronda de intentos, se vuelve a las urnas.

Aunque temas como el aumento del costo de vida de Israel, la reforma judicial, la seguridad frente a Irán y Hezbollah, un acuerdo de fronteras marítimas con el Líbano, el crimen en las comunidades árabes, la inestabilidad en Jerusalem y Cisjordania, el terrorismo interno y la idea de renovar las negociaciones para una solución de dos estados están en la mente de los votantes y en las declaraciones de los políticos, un tema más profundo de la identidad israelí también ha cobrado prominencia en estas elecciones.

La cuestión de si Israel debería ser un estado judío y democrático, y qué significan tanto “judío” como “democrático” en todo el espectro político, ha sido el “subtexto” de muchos de los otros debates políticos. En la izquierda, esto se ha desarrollado en conversaciones sobre el sionismo y si Israel debería ser un estado de todos sus ciudadanos en lugar de un carácter predominantemente judío. En la derecha, este problema podría ser más destacado por el dramático ascenso del político de extrema derecha Itamar Ben Gvir, quien pasó de solo el 0,42% de los votos de 2020 a convertirse posiblemente en la personalidad más destacada en lo que las encuestas dicen que será el tercer partido politico de la Knesset, el sionismo religioso-Otzma Yehudit.

Ambos partidos y alianzas también se han enfrentado a factores técnicos. Las tasas de participación electoral afectarán el mapa final de partidos de la Knesset, especialmente los partidos que bordean el 3,25 % del umbral de votos necesario para ingresar a la Knesset (con un mínimo de 4 escaños). Cuatro partidos principales han votado cerca del umbral: Meretz, Avoda, Ra’am y Hadash-Ta’al, y dos partidos votan constantemente por debajo de él, el Habait Hayehudi de la ministra del Interior Ayelet Shaked y el nacionalista palestino Balad.

En esta elección, los casi 6,8 millones de votantes elegibles de Israel pueden elegir entre 39 partidos.

Para conocer cada partido y sus propuestas te invitamos a hacer click aquí

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