“Dar unidad a la relación entre la revolución bolivariana, su carácter transnacional y expansivo, su ideología, sus objetivos, su accionar y sus alianzas con criminales. También explicar por qué sus seguidores niegan la democracia en la práctica, y las serias consecuencias geopolíticas en la región ante la impotencia y falta de iniciativa de Estados Unidos”. Así resume Luis Fleischman su obra, recién lanzada en inglés, América Latina en la era post Chávez: la amenaza a la seguridad de EEUU (Potomac Books).
Uruguayo, doctor en Sociología, vive literalmente en Júpiter, un suburbio al norte de Miami. Enseña en Florida Atlantic University y es asesor del Center for Security Policy, con sede en Washington.
El proyecto del libro nació hace cuatro años, pero fue obviamente actualizado “ante la percepción de que Chávez desaparecería físicamente”. El prólogo lo firma Michael Skol, embajador estadounidense en Venezuela de 1990 a 1993.
-¿Cuáles son esas principales amenazas que representa Miraflores para el mundo?
-El gobierno venezolano ha presentado un modelo revolucionario para la exportación basado en la concentración del poder y el avance del estado por encima de la autonomía civil. Eso es una regresión. Se ha relacionado con carteles de la droga, las FARC e Irán. Ecuador, Bolivia y Nicaragua han seguido estos pasos. La expansión de los carteles corrompe a las autoridades y a todos los que ofrecen estabilidad, e incrementa la anarquía y el caos social. Hoy países como Guatemala son estados que no ejercen control sobre la ley ni la fuerza. Otros están yendo en la misma dirección. Estados anárquicos estimulan la presencia de terroristas, criminales y fuerzas externas, como Irán. Si esto se expande tendríamos una situación parecida a la de Afganistán.
Y agrega: “Las FARC son protegidas por Venezuela. Y no sólo eso: en los archivos incautados y otros documentos públicos se denotaba también la función que cumplirían para Chávez como fuerza de protección del régimen y en expandir la revolución. Han asistido a otros grupos armados como el Ejército del Pueblo Paraguayo, el chileno Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el peruano Sendero Luminoso y otros”.
Como tercer punto destaca “la conexión con Irán, una cooperación de interés mutuo entre la revolución bolivariana y la islámica. Ambas tienen como enemigo a EEUU. Irán busca evadir las sanciones internacionales y usa la banca venezolana. También está desarrollando armas nucleares y podría establecer misiles en áreas en anarquía. Esto pondría a EEUU en una situación de vulnerabilidad más grave que la crisis de los misiles cubanos”.
-¿Qué tanto se benefició Chávez del 11S?
-Esos eventos emocionaron a todos aquellos que rechazan a EEUU y su poder. Chávez fue estimulado por el 11S como anti-norteamericano y radical que era. Pero lo que más lo benefició fue la guerra de Irak, que deterioró la imagen de EEUU y lo mantuvo ocupado. Y ese deterioro es la base de las políticas de pasividad de Obama.
-¿Cómo ve la relación de Bush y Obama con Caracas?
-Las políticas de ambos hacia Venezuela han sido igualmente ineficientes. Bush tenía las manos ocupadas en Afganistán e Irak. La política fue ignorar a Chávez y descansar en la premisa de que caería bajo su propio peso. En su último libro la ex canciller Condoleezza Rice se regocija de haberlo conspicuamente ignorado. Luego Obama es electo tras el trauma de las guerras, comenzó rechazando el ‘excepcionalismo americano’ y adoptó una política conciliatoria destinada a mejorar la imagen en el mundo. Prefirió adherirse al principio de no-intervención y decidió ignorar un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental que directamente implicaba a Chávez con las FARC y el narcotráfico. El tema de Irán también fue completamente ignorado hasta que el Congreso pasó una ley que obliga a monitorear la presencia de Irán en América Latina (2012).
-¿Qué aliado aporta más a Maduro: Brasil o Cuba?
-A nivel diplomático Brasil es responsable por haber dado legitimidad a un Gobierno represivo. Cuba aporta más a la consolidación y supervivencia. Si Brasil lo quisiese y adopta una política de principios y defensa de la democracia, las cosas serían diferentes en Venezuela.
-¿Qué debe hacer Obama?
-No debe reconocer a Maduro, debe demandar ya mismo que se respete la democracia sin compromisos. Además debe alistar a todos los países de la región para exigir que la carta democrática de la OEA sea cumplida al pie de la letra.
-¿Por qué no lo ha hecho?
-Yo no apruebo su pasividad, pero EEUU se encuentra en una situación delicada pues junto a Canadá han sido excluidos por los países de la región. Pero que especialmente Brasil le dé luz verde al gobierno bolivariano y lo vea como parte esencial de la integridad regional, me parece algo horroroso. Brasil consiguió inclusión social sin violar las libertades. El gobierno de Brasil es muy responsable por la perpetuación del chavismo, por haber sido frívolo y haber traicionado a la democracia.
-¿Chávez sigue “vivo”?
-El chavismo hará todo lo posible por perpetuarse igual que los seguidores de Stalin o del ayatolá Jomeini continuaron siendo comunistas e islamistas. El bolivarianismo perdió dos elementos: el carisma de Chávez y su poder de intimidación. La reacción de Maduro, que no posee ideas propias, será radicalizar la revolución e incluso sujetarse más a influencias externas. Los iraníes, que son expertos en controlar y reprimir, podrían ayudarlo. La oposición venezolana debe continuar la movilización para restaurar la institucionalidad. El avance del chavismo puede ser evitado si la sociedad resiste, genera conciencia mundial para que el gobierno sienta bien fuerte la presión. Pero este escenario requerirá mucho trabajo y esfuerzo.
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