Cada uno de los supervivientes del Holocausto es un milagro. Cada uno tiene una historia de superación diferente que hay que conocer, aunque hayan pasado más de ochenta años desde el genocidio realizado por el régimen de la Alemania nazi contra los judíos europeos. Con el fin de que el tiempo no las borre, el Museo del Patrimonio Judío de Manhattan ha empezado a utilizar inteligencia artificial (IA) en una instalación en la que el visitante puede interactuar con las personas que sufrieron la tragedia.
Son relatos de primera mano sobre las crueldades impuestas por los nazis y el modo que encontraron de soportarlas para seguir adelante con sus vidas. Lógicamente, la mayoría de las personas superan los 85 años. Son los últimos supervivientes de un episodio histórico que no puede olvidarse ni tergiversarse con el tiempo. Por eso, el museo ha encontrado en la IA la manera de preservar su memoria con el objetivo de transmitírsela a las futuras generaciones para no repetir una barbarie similar.
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