Los aproximadamente tres millones de habitantes de la Franja de Gaza han comenzado el invierno con nuevos recortes en los horarios de suministro eléctrico que dejan a la mayoría de ellos con solo tres horas de electricidad al día.
Este sábado, la Empresa Eléctrica de Gaza ha informado de que en la mayoría de los distritos del enclave palestino se suministrará electricidad solo durante tres horas debido a que uno de los dos generadores de la única central eléctrica gazací ha dejado de funcionar debido a la escasez de combustible, recoge la agencia de noticias palestina Maan.
Además, la empresa informa de que, de los 600 megavatios necesarios para un suministro adecuado, solo hay disponibles 150, de los cuales 120 los aporta Israel a través de líneas de alta tensión. Egipto aporta otros 20. Sin embargo, las líneas egipcias tienen apagones frecuentes.
Por otra parte, la empresa recuerda que unos 60 mil abonados no están al corriente de pago y asegura que ello les impide compra el combustible suficiente para la central.
Estos cortes provocan graves problemas en forma de incendios accidentales como el ocurrido el pasado lunes cuando dos niñas resultaron heridas en una vivienda debido a un accidente con una vela que habían encendido para hacer sus deberes.
CRISIS ENERGÉTICA
El ministro palestino de Trabajo, Ma’moon Abu Shahla, aseguró que la crisis energética está relacionada con la división política que separa desde 2007 al grupo islamista Hamás, al frente de Gaza, de Al Fatah, en Cisjordania, y que dificulta la gestión del territorio.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina calificó lo que ocurre de “crimen humanitario” e instó a las fuerzas políticas a encontrar una manera de resolver sus diferencias para acabar con esta situación.
Gaza permanece bajo bloqueo israelí, secundado por Egipto desde 2013, desde la toma del poder de Hamás en 2007, momento en que quedó bajo control de Israel la entrada y salida de personas y bienes como la gasolina, necesaria para hacer funcionar la planta eléctrica.
Además, este centro no opera a pleno rendimiento desde hace años y resultó dañado en la última ofensiva militar israelí de envergadura en 2014, por lo que no cubre las necesidades de su población, que sufre serios problemas para pasar el invierno.
Artículos Relacionados: