La noche del miércoles 9 al jueves 10 de noviembre de 1938 comenzó un violento pogromo anti judío conocido como la “Noche de los Cristales Rotos”.
La noticia de que un joven refugiado judío había matado en Paris a un diplomático alemán en represalia por la deportación de su familia a Polonia, hizo prender la llama del antisemitismo en Alemania y Austria. Durante dos días un movimiento orquestado por el régimen nazi propició que la chusma se echara a la calle incendiando sinagogas, destrozando comercios de judíos, saqueando cementerios, hospitales, escuelas y hogares. Un centenar de judíos fueron asesinados y más de 30.000 detenidos por el delito de “ser judío”.
Tras los incidentes, el gobierno nazi impone una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía de Alemania. Los judíos son obligados a limpiar y reparar los desperfectos y se les prohíbe cobrar los seguros por los daños. En su lugar, el gobierno confisca los pagos de las aseguradoras. A partir de este momento, los judíos van siendo excluidos sistemáticamente de la vida pública en Alemania.
Por este motivo, la Kristallnacht se considera la antesala de la Solución Final promovida por Hitler para terminar con los judíos de Europa. La consecuencia fue la Shoá, el Holocausto, en el que murieron más de 6 millones de judíos durante la II Guerra Mundial.
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