Los expertos del Cuerpo Médico Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense y de la Universidad de Buenos Aires presentaron a los miembros de la Unidad Fiscal encargada en la investigación del ataque -que todavía no ha sido esclarecido- las conclusiones del estudio realizado sobre muestras registradas en la investigación del atentado.
Entre los hallazgos, según informó el Ministerio Público Fiscal a través de su página web oficial, se confirmó que todos los perfiles de las muestras analizadas por la Policía Federal correspondían al conjunto de víctimas registradas con excepción de uno.
Es así que el equipo fiscal está trabajando en torno a ese perfil y a las muestras correspondientes para confirmar si el terrorista suicida que voló el edificio con un coche bomba era el libanés Ibrahim Hussein Berro, un militante de Hizbulá de 21 años, como apuntaba la investigación.
“De modo central, a la luz de la hipótesis de un atacante suicida, ya han dispuesto las medidas pertinentes en el ámbito de la cooperación internacional para intentar cotejar el perfil obtenido con el correspondiente a muestras de familiares del individuo sospechado”, añade el texto difundido.
El objetivo es lograr “un cotejo con una probabilidad significativa de vinculación”, aunque sin perjuicio de ello, también se evalúan “hipótesis alternativas” y parte del trabajo de reconstrucción de los momentos inmediatos al atentado.
Los fiscales Roberto Salum, Leonardo Filippini y Santiago Eyherabide dispusieron además avanzar en la revisión de las piezas de la furgoneta implicada en el atentado y elementos incautados en la causa para evaluar la presencia de perfiles genéticos que “complementen o agreguen información” científicamente respaldada.
En su informe, fruto de una investigación de dos años, los forenses confirmaron además la identificación de quien, hasta hace meses atrás, era la única persona fallecida en el ataque sin identificar, a pesar de haberse hallado su cuerpo.
Se trata de Augusto Daniel Jesús, quien falleció en el atentado al igual que su madre.
La comunidad judía atribuye a Irán y al grupo chií Hizbulá la planificación y ejecución del ataque.
El listado de sospechosos del atentado lo integran el expresidente iraní Alí Akbar Rafsanjani -fallecido en enero de 2017-, el exministro de Exteriores Alí Akbar Velayatí, el extitular de Defensa Ahmad Vahidi, el exministro de Información Alí Fallahijan y el exasesor gubernamental Mohsen Rezai.
También el exagregado de la embajada de Irán en Buenos Aires Moshen Rabbani, el exfuncionario diplomático Ahmad Reza Asghari y el exviceministro de Exteriores para Asuntos Africanos de Irán Hadi Soleimanpour.
El atentado contra la AMIA fue el segundo ataque contra judíos de Argentina, después de que 29 personas murieran en 1992 al explotar una bomba frente a la embajada de Israel en Buenos Aires, que también sigue sin esclarecer.
En enero de 2015, Alberto Nisman, fiscal encargado de la investigación, fue hallado muerto, con un tiro en la cabeza, días después de haber acusado a la entonces presidenta, Cristina Fernández, de presuntamente encubrir a los iraníes sospechosos del atentado.
El fiscal, cuya muerte se desconoce si fue un suicidio o un homicidio, basaba su denuncia -reabierta en diciembre pasado tras ser desestimada en varias ocasiones- en el memorándum suscrito entre Argentina e Irán en 2013 y que, según él, implicaba encubrir a los sospechosos a cambio de impulsar el intercambio comercial de granos argentinos por petróleo iraní.
Esto, sin embargo, ha sido continuamente negado por Fernández y su entorno.
Además, otro proceso juzga a 12 personas, incluido el expresidente Carlos Menem (1989-1999), por numerosas irregularidades detectadas en el primer juicio abierto por el atentado contra la AMIA, que concluyó con la declaración de nulidad de toda la investigación y con la absolución de los policías imputados.
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