Durante una operación conjunta con la Unidad Yahalom, que incluyó extensas búsquedas subterráneas en la zona, las tropas descubrieron y destruyeron una instalación militar subterránea estratégica construida por Hezbollah durante los últimos 15 años.
La instalación tenía más de 1,5 kilómetros de largo y almacenaba equipo que permitía a cientos de terroristas permanecer en su interior durante largos períodos de tiempo. Esto incluía suministros de alimentos, camas, armarios de almacenamiento, energía eléctrica y un arsenal de armas, incluidos misiles antitanque, cohetes, lanzacohetes, minas terrestres y numerosos dispositivos explosivos.
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