El Museo Judío de Paraguay “Dr. Walter Kochmann” es un centro de estudios sobre el Holocausto creado por iniciativa del propio Kochmann y su amigo Alfredo Seiferheld, historiador y periodista, que pretende enseñar la cultura hebrea, sus costumbres y tradiciones a través de objetos donados por judíos, y sobre el Holocausto, el capítulo más doloroso de la historia hebrea. El valor de las piezas es histórico, artístico y documental.
El nombre del museo es un homenaje a Kochmann, hijo de inmigrantes alemanes que llegaron a Paraguay para escapar del nazismo. Nació en la colonia Carlos Pfannl, Guairá, en 1939. Trabajó en instituciones ligadas a la comunidad judía en Paraguay, y dirigió la Unión Hebraica y la Alianza Israelita.
Una imponente menorá de bronce da la bienvenida al lugar. Luego se pasa a la Sala Roja, primera de las tres etapas del recorrido, que está dedicada a la cultura judía. Se pueden encontrar la Torá, el Talmud y algunos objetos de la diáspora, entre otras piezas pintorescas que hacen parte del culto hebraico.
Pero el elemento más relevante es un rústico Arón Hakodesh de madera, con una estrella de David en la puerta, que fue traído de la colonia Pfannl, en 1963, y representa a la sinagoga en el museo. Dentro se guarda la Torá, de allí su valor para el pueblo judío.
“No es un objeto suntuoso; sin embargo, es invaluable para nosotros por la forma en que fue hecho, en una época difícil y en el interior del país, con el objetivo de guardar algo tan grande y sagrado como la Torá”, expresa Mónica Schvartzmann, miembro del consejo directivo de la comunidad judía en Paraguay.
También se puede ver una Torá en miniatura, un talit y una réplica de la tabla de la ley con los diez mandamientos, libros de rezos, candelabros y otros instrumentos utilizados para el culto.
El segundo bloque guarda relación con el Holocausto, en el que murieron 6 millones de personas, entre ellas 1,5 millones de niños. En memoria de todos ellos, se encienden velas de manera permanente. Se pueden ver fotografías de la época, y en los diferentes paneles se cita una cifra aproximada de muertos en localidades europeas, durante el gobierno de Adolf Hitler. “Paraguay fue uno de los pocos países que se animaron a conceder las visas para que los judíos llegaran”, comenta Schvartzmann.
A los sobrevivientes y su gran legado está dedicado el tercer salón del museo. “La Sala Azul, de la esperanza y la vida, representa la hermandad entre el pueblo judío y nuestro país, con las banderas de Paraguay e Israel”, explica Humberto Ismajovich, director de la institución.
La inauguración oficial del Museo Judío tuvo lugar 11 años después de la donación del local que lo alberga. El edificio donde funciona fue legado por la familia Cohn; se trata de un chalet de finales de los años 1930. Para llevar a cabo el proyecto se contrató al museólogo Luis Lataza, residente en Buenos Aires; el profesional tuvo el apoyo de Amelí Schneider. Las obras edilicias estuvieron a cargo de Fabio Waizman, con la dirección general de Toni Roberto, según lo publicó la revista paraguaya ABC.
El espacio está abierto a todo público y, en especial, a los jóvenes, a quienes se pretende enseñar sobre la cultura judía, los aspectos más relevantes de la Shoá y la importancia del respeto y la igualdad entre los seres humanos.
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