El riesgo de dañar la relación con Estados Unidos, la cercanía de Irán a la bomba nuclear y un posible estallido en la arena palestina son, en ese orden, las principales amenazas estratégicas que afrontará Israel en 2023, según el informe anual del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) presentado al presidente israelí Isaac Herzog.
Manuel Trajtenberg, presidente del INSS de origen argentino, fue el encargado de entregar el informe a Herzog en un acto realizado en la residencia presidencial de Jerusalem. El documento enumera las tres principales amenazas según su importancia y gravedad estratégica, y no según su grado de urgencia. En ese sentido, los investigadores sostienen que el principal desafío israelí durante el año es preservar las relaciones con Washington.
El informe señala que la polarización y extremismo político en Estados Unidos está erosionando el histórico apoyo a Israel, a través de un avance progresista en los votantes más jóvenes que niega la legitimidad de Israel y el sionismo. Según los especialistas, esta corriente fortalece el antisemitismo y el racismo, y desafía la legitimidad y el sionismo a ojos de los estadounidenses.
A su vez, todo movimiento israelí que se perciba como un ataque a la democracia y cambien el patrón de relaciones con los palestinos, así como dudas que puedan generar acercamientos a China o Rusia, no solamente provocarán un daño de imagen ante el pueblo estadounidense, sino también dentro del gobierno de Biden.
La amenaza del programa nuclear iraní es señalada por los investigadores como la amenaza externa con un potencial de daño más grave que enfrenta Israel. El INSS afirma que el programa nuclear se encuentra hoy en su estado más peligroso y acerca a Teherán al umbral nuclear. Sumado al establecimiento continuo de Irán en la región, sin límites establecidos por un acuerdo internacional ni una amenaza militar latente hacia Irán, el 2023 marcará un nuevo empeoramiento de la situación.
En cuanto al conflicto con los palestinos, el informe advierte que Israel afronta el comienzo de una “tormenta” e identifica a la arena palestina como la más explosiva del año. El INSS señala el peligro de un estallido de violencia alimentado por la ausencia de una solución visible al final del mandato de Mahmoud Abbas, el creciente malestar en un amplio sector de la frustrada juventud palestina y el agravante de algunos movimientos israelíes que empujan a una realidad de un estado binacional y despiertan reacciones violentas.
El INSS afirma también que la polarización social está exacerbando a la sociedad israelí y debilita la resiliencia social, componente crítico para la capacidad de afrontar las amenazas externas. El estudio describe a las crecientes tensiones entre árabes y judíos y al extremismo nacionalista como un desafío doble y significativo.
En cuanto a las fortalezas israelíes, el informe anual afirma que el balance en materia de seguridad es estable y positivo gracias al poder militar de Israel y a su posicionamiento en la arena internacional. Además, el INSS identifica varias oportunidades estratégicas para Israel en 2023, como la creciente posibilidad de que no se renueve el acuerdo nuclear con Irán y los lazos militares de Teherán con Moscú como incentivo para ampliar la cooperación con Estados Unidos y el mundo occidental en los campos de defensa, inteligencia y tecnología.
“La seguridad del Estado de Israel está estrechamente vinculada con su fuerza nacional. Estamos en un período de crisis y conflicto interno particularmente peligroso, y debemos ser capaces de enfrentar y contener las más profundas diferencias de opinión sin renunciar a nuestra fe en nosotros mismos”, expresó el presidente Herzog. “Vivir juntos y actuar como un solo pueblo, superar las divisiones, es tal vez el paso más importante para mantener la seguridad, estabilidad y prosperidad del Estado de Israel”, agregó.
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