Distintas instituciones de la comunidad judía apoyaron el reconocimiento del Genocidio Armenio por parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado 24 de abril, fecha en que se conmemora el 106º aniversario del genocidio planificado y ejecutado primero por el Imperio Otomano y luego por la República de Turquía entre 1915 y 1923.
El Dr. Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, declaró que “no tenemos más que celebrar el reconocimiento que Estados Unidos ha efectuado”. “Hago nuestras las manifestaciones de nuestros funcionarios norteamericanos. Esperamos que otras naciones continúen con esta actitud que no hace más que hacer justicia”, remarcó el dirigente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel había publicado un comunicado el 24 de abril en el que mencionó el “terrible sufrimiento y la tragedia del pueblo armenio”, sin usar el término genocidio.
En 2007, la Liga Antidifamación (ADL) había instado a los miembros del Congreso estadounidense a votar en contra de una resolución que reconocía el genocidio. Abe Foxman, exdirector nacional de ADL, dijo en ese momento que “la relación de Israel con Turquía es la segunda más importante, después de su relación con Estados Unidos. Todo esto en un mundo que aísla a Israel, y eso no puede simplemente descartarse”. Siete años después, en 2014, Foxman actualizó su posición y se refirió a la masacre como genocidio en un discurso. En ese momento, la relación de Israel con Turquía empeoró después de que el ejército israelí atacara una flota turca que tenía la intención de romper el bloqueo israelí a Gaza.
En esta oportunidad, el actual director ejecutivo de ADL, Jonathan Greenblatt, declaró a Jewish Insider (JI) que “el recuerdo de cualquier genocidio es imperativo para prevenir futuras tragedias, y ese proceso comienza con el reconocimiento”.
“Bravo por el presidente Biden por ser el primer líder estadounidense en enfrentarse a Turquía y decir lo que se necesitaba”, agregó David Harris, director ejecutivo del Comité Judío Estadounidense.
Mark Weitzman, director de asuntos gubernamentales del Centro Simon Wiesenthal, fue uno de los 126 destacados académicos del Holocausto que firmaron una declaración hace dos décadas pidiendo el reconocimiento oficial del genocidio. Weitzman opinó que “la declaración del presidente Biden no solo afirma la verdad histórica, sino que representa un compromiso moral con el repudio del apoyo político a la negación del genocidio. Honra la memoria de las víctimas al no distorsionar su destino y permite una evaluación honesta de la responsabilidad”.
En declaraciones a JI el día antes del anuncio de Biden, Richard Hirschhaut, director de la oficina del Comité Americano Judío (AJC) en Los Ángeles, señaló que “si el presidente Biden usa el término genocidio en sus comentarios del sábado, ese paso seguramente será recibido con alivio, exaltación, lágrimas de alegría y una afirmación de la bondad fundamental de Estados Unidos como un faro de esperanza para el mundo”.
“La relación entre las comunidades armenia y judía en Los Ángeles es fuerte y vibrante”, marcó Hirschhaut. “Trabajamos muy de cerca, especialmente en los últimos dos años con la introducción de un plan de estudios modelo de estudios étnicos en California, y su exclusión inicial de la experiencia judía y la experiencia armenia entre otros grupos étnicos y minoritarios”.
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