El decreto, promulgado por Chávez esta semana a través de la polémica Ley Habilitante, concede a la revolución que conduce su propio brazo militar, que podría llegar a ser varias veces mayor que el Ejército y eventualmente suplantarlo, dijeron analistas y militares consultados por El Nuevo Herald.
Los expertos advirtieron que el decreto, el cual reforma a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), estaría acentuando el descontento dentro de la institución castrense y algunos de ellos expresaron temor de que el nuevo cuerpo militar pueda ser usado para darle a Chávez un mayor control sobre las venideras elecciones presidenciales del 2012.
“La reforma introduce cosas muy peligrosas”, advirtió el ex jefe del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas Venezolanas, general Carlos Julio Peñaloza. “Lo que se busca es crear una fuerza armada paralela que no estaría obligada a cumplir con normas legales y que dependería directamente del jefe máximo”.
Según Peñaloza, el objetivo en realidad es muy claro: “mantener la perpetuidad en el poder del que está mandando”.
La reforma decretada por Chávez institucionaliza a la Milicia Bolivariana como un nuevo brazo de la Fuerza Armada Nacional y le abre las puertas a cualquier ciudadano venezolano, ya sea por nacimiento o por naturalización, para que pueda ingresar a sus filas, incluso como oficiales.
“Significa entregar las armas de manera permanente a un cuerpo de civiles que no es parte de la profesión militar”, advirtió Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano, una ONG venezolana que sigue muy de cerca a las fuerzas armadas.
A diferencia de las otras ramas de las FANB, el nuevo cuerpo militar tendría como función principal preservar a Chávez y a la revolución socialista que adelanta en vez de la Constitución y el Estado.
“Como la milicia depende directamente del presidente, esto es el más férreo y sólido impulso a la constitución de una guardia pretoriana”, dijo San Miguel.
Luis Fleischman, profesor adjunto de Sociología y Ciencias Políticas del Wilkes Honor College de la Florida Atlantic University, ve otro tema preocupante en la reforma.
Debido a que la nueva organización castrense estará abierta a extranjeros naturalizados en Venezuela, esto quiere decir que a sus filas podrían ingresar un alto número de mercenarios, tal como fue visto con las guardias revolucionarias de Libia e Irán.
Fleischman destacó que Chávez mantiene un estrecho contacto con el régimen cubano, cuyos funcionarios le han estado brindando respaldo en materia de seguridad desde hace ya bastante tiempo, y con otras organizaciones insurgentes, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y algunos movimientos terroristas del Medio Oriente.
El profesor, quien también escribe para el Menges Hemispheric Security Project en el Centro de Políticas de Seguridad, en Washington, D.C., dijo que no le extrañaría que el gobierno venezolano otorgue la ciudadanía a algunos de estos extranjeros para que puedan pasar a formar parte de la milicia.
“Dado el caso de que Chávez no confía en las Fuerzas Armadas, esta milicia podría ser usada para crear un ejército de mercenarios, al estilo de las guardias revolucionarias que tenía [el líder libio Moamar] Kadafi, o de las guardias que tiene Irán. Es decir, una fuerza que proteja al régimen”, comentó Fleischman.
El director de la Organización de Venezolanos Perseguidos por el Exilio (Veppex), José Antonio Colina, coincidió en que Chávez no siente gran confianza por las FANB y advirtió que la nueva ley será usada por el mandatario para armar a sus seguidores.
“Legalmente van a estar en condiciones de que se les transfieran las armas que está adquiriendo Venezuela, sin ningún tipo de adiestramiento, sin ningún tipo de formación militar”, comentó. “Simplemente a las personas por ser partidarias del régimen y formar parte de las milicias, se les entregan las armas”.
Este nuevo ejército de adeptos al gobierno podría llegar a superar en tamaño a las FANB, advirtió Peñaloza.
Chávez ha señalado que desea contar con un batallón de milicianos en cada barrio del país, esto equivale a una fuerza más de 10 veces mayor que el ejército venezolano.
“Eso no existe todavía, pero esa es la meta”, comentó Peñaloza. “Esa fuerza va a superar al Ejército, claramente”.
Crear una fuerza tan grande pudiera tomar varios años, pero San Miguel teme que la nueva rama de las FANB pueda ser empleada por Chávez en un futuro cercano para obtener un mayor control sobre las elecciones presidenciales del 2012.
Esto sucedería al ordenar a las milicias que asuman el control del Plan República, proceso que tradicionalmente ha estado en manos del ejército para resguardar la celebración y transparencia de los comicios.
“Indiscutiblemente, con esta cuarta reforma, Chávez llega al punto de no retorno con las FANB”, comentó San Miguel.
“Estos cambios le permitirán controlar el Plan República con militantes del PSUV [Partido Socialista Unificado de Venezuela, de gobierno], que además manejarán armas sin pertenecer a la institución castrense como lo deja claro el artículo 66 de la ley”, agregó.
La reforma, no obstante, no es vista con buenos ojos por muchos de los integrantes de las FANB.
“Esto causa un gran malestar dentro de la Fuerza Armada Nacional, y ese malestar ya viene gestándose desde hace ya mucho tiempo”, comentó Colina. “El gobierno lo que busca con la creación de estas milicias es neutralizar cualquier acción que pueda cometer la Fuerza Armada en un futuro para defender a la Constitución”.
Añadió que era evidente que lo que busca Chávez en una primera etapa es neutralizar a las FANB y, en una segunda etapa de consolidación, suplantarla.
Este artículo fue complementado con servicios cablegráficos de El Nuevo Herald.
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