“Ni una muerta más” fue insignia y destino de la poetisa y luchadora social Susana Chávez, ejecutada la noche del pasado 5 de enero y sepultada ayer en la intimidad familiar. Es el mismo final de la activista Marisela Escobedo, señaló el visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Chihuahua, Gustavo de la Rosa Hickerson.
El cuerpo de Susana Chávez fue arrojado la madrugada del 6 de enero a las calles Cristóbal Colón y Ramón Corona, en el centro histórico de Ciudad Juárez, luego de ser asesinada dentro de una vivienda de la colonia Cuauhtémoc, informó la Fiscalía General de Justicia del Estado.
La mujer fue hallada con la mano izquierda amputada y con excoriaciones por arrastre en diferentes partes del cuerpo. Además, se encontraba semidesnuda y tenía sobre la cabeza una bolsa oscura de plástico sujetada con cinta adhesiva.
Según las investigaciones, Chávez habría sido asesinada por tres jóvenes que la habían invitado a departir en la casa de uno de sus presuntos victimarios, y donde las autoridades localizaron después la mano mutilada de la mujer, precisó la fiscalía.
La madre de Susana Chávez explicó a medios de comunicación locales que la noche del miércoles de la semana pasada fue la última vez que la vio: “Salió de aquí después de las 10 de la noche, fue al centro… la esperé toda la noche, pero ya no regresó. La busqué el jueves y no la encontré hasta que se movilizaron mis familiares y supimos que estaba muerta, nos enseñaron las fotos y fue del modo que la reconocimos”.
Horas después del hallazgo, Sergio Rubén Cárdenas, El Balatas; Aarón Roberto Acevedo Martínez, El Pelón; y Carlos Gibrán Ramírez Muñoz, El Pollo, quedaron detenidos por su presunta responsabilidad en el crimen.
Niegan nexos con agresores
De la Rosa dijo a EL UNIVERSAL que “a Susana la mató la lumpen delincuencia, aunque tratan de hacer pasar los crímenes como del narcotráfico (…) Todo parece indicar que ella se encontró con estos jóvenes de manera incidental, comenzaron a discutir y ocurrió esto”. Rechazó que el cuerpo de Chávez tuviera signos de tortura o que ella conociera a los agresores.
La familia pidió a la fiscalía no indicar dónde sería enterrada para evitar mayores repercusiones, tras las represalias ocurridas con los parientes de Marisela, activista ejecutada el pasado 16 de diciembre frente al Palacio de Gobierno en la capital de Chihuahua.
También el 3 de enero de 2010, fue asesinada Josefina Reyes Salazar, ex regidora de un municipio aledaño a Ciudad Juárez y luchadora social desde hace más de 20 años.
Susana era artista, poeta, bohemia y muy conocida en la intelectualidad de Juárez, sobre todo por encabezar las protestas contra las muertes de mujeres en esa ciudad fronteriza, asesinatos que al cierre de 2010 se calcularon en 446, una cada 20 horas, según Norma Ledezma, coordinadora de Justicia para Nuestras Hijas.
De la Rosa manifestó que Chávez era muy “humana” y se juntaba con toda clase de personas. De hecho, ella se presentaba en su blog como una escritora que convivía con invidentes, prostitutas, artistas y estudiantes.
Arminé Arjona, escritora y amiga de Chávez, dijo que es “una ironía” que haya sido víctima de feminicidio quien participó en las denuncias de los homicidios de mujeres en los años 90.
“Sentí dolor antes de que se recrudeciera toda la violencia que estamos viviendo los ciudadanos de esta mi natal Juarez. Pero ahora siento vacío, desamparo e impotencia, supongo que como muchos. Pensar en mejorías para mí está en verde, pero la esperanza la tengo aún porque soy mujer de fe. ¡Viva Juarez! (sic)”, fue lo último que escribió en su blog.
Fuente: ElUniversal.com.mx
Artículos Relacionados: