Desde el día jueves, 29 de febrero de 2008, hasta el presente momento, Israel está bombardeando sin interrupción, desde aviones y tanques, al pueblo de Gaza, es decir, a un millón y medio de personas concentradas en una pequeña franja sitiada en todas sus fronteras. Hasta ahora, 116 palestinos han sido asesinados, de los cuales 39 eran niños y bebés. Se cuentan heridos por centenares. Este número aumenta a cada momento. Hay familias enteras bajos los escombros de sus casas, no siendo posible el rescate de los heridos ni la retirada de los muertos debido al bombardeo israelí sin tregua.
Israel está practicando estos crímenes contra la población civil palestina con certeza de su impunidad, sin miedo y sin tapujos, ya que se siente protegido por la única superpotencia que podría poner coto a la barbarie y por la inacción de la comunidad internacional.
La acusación de que Israel practica el crimen y el terror como política de estado no viene esta vez de los enemigos. El mismo viceministro de defensa israelí, en declaraciones a la prensa, amenazó antes de ayer con una shoah (en hebreo aniquilación o holocausto) más grande al pueblo palestino si éste no se queda quieto. Si no en magnitud, al menos en actitudes, intenciones y palabras, esto se equivale al holocausto nazi contra los judíos europeos.
Es como si los palestinos, al igual que los judíos en el pasado, tuviesen sólo el derecho de ser asesinados en silencio, sin molestar al resto del mundo, sin rebelarse y sin luchar.
Israel viene incursionando, destruyendo y asesinando dentro de Gaza y de todos los territorios palestinos ocupados desde hace años. Israel practica, en sus propias palabras, “asesinatos selectivos” y “ejecuciones extra-judiciales” como si estos actos fuesen legítimos, cuando su mismo enunciado muestra la ilegalidad y la ignominia, y ello durante todas las semanas, todos los meses y todos los años en que se negocia la paz. Israel coloniza intensivamente los territorios que tiene que devolver, mientras afirma que está negociando la paz. Esta vez no se podrá acusar a Israel de hipocresía, ya que ha dejado claro que se trata de un holocausto contra los palestinos y que considera la fuerza brutal, y no la negociación, la vía idónea para acabar con el conflicto con el pueblo palestino. Esta vez está claro que Israel no es un Estado que posee un ejército, sino un ejército poderoso y despiadado que posee un Estado.
Ninguna nación en este mundo, en cualquier época, ha aceptado la ocupación, el desposeimiento, la expulsión, la colonización y la humillación diaria, durante años y más años, sin rebelarse. ¿Cómo se le puede pedir esto al pueblo palestino?
La fórmula es clara: la seguridad del Estado de Israel no es compatible con la ocupación de Palestina. El pueblo palestino lleva años negociando la desocupación, que conduciría a la paz, sin que ninguno de los sucesivos gobiernos israelíes durante todo este tiempo, y ya van trece años, haya nunca asumido un compromiso serio y veraz con el pueblo palestino.
Por todo esto, y ante la imposibilidad de continuar con negociaciones de paz mientras el pueblo palestino es masacrado y amenazado con la aniquilación, la Autoridad Nacional Palestina suspendió las negociaciones con el Estado de Israel desde el pasado día primero de marzo.
Por nuestra parte, seguiremos reafirmando que la vía negociada es la mejor para la solución del conflicto palestino-israelí que, al fin y al cabo, será la única opción que le va a quedar a Israel después de la barbarie y el terror actualmente practicados por su ejército en los territorios palestinos ocupados.
¿Cuánta más sangre va a ser derramada para llegar a esta conclusión obvia? ¿Es necesario este intento de aniquilación, cuando todos saben que la fuerza brutal nunca va a acallar la reivindicación palestina?
En este día lunes se está reuniendo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a pesar del esperado veto norteamericano a cualquier actitud que desagrade a Israel. Por ello, si el Consejo de Seguridad fracasa, acudiremos a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a los Tribunales Internacionales, al Consejo de los Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y a cualquier otra instancia internacional que tenga como misión establecer la paz y el respeto por las leyes.
Declaramos que la integral aplicación de la Legalidad Internacional, del Derecho Internacional y de las Resoluciones de la ONU relativas al conflicto palestino-israelí es premisa necesaria e imprescindible para la consecución de la paz. Declaramos también que las normas de convivencia internacionales y las normas que rigen la protección de los civiles y de sus territorios en tiempo de guerra, en especial las de la Cuarta Convención de Ginebra, deben ser urgentemente impuestas al Estado de Israel, que no puede continuar tratando al pueblo palestino ocupado como infrahumano, pasible de aniquilación y sujeto al castigo colectivo, y a los territorios palestinos que ocupa ilegalmente como propiedad privada o territorios en disputa.
Exigimos en carácter de urgencia la presencia de tropas internacionales para la protección física del pueblo palestino en todos los territorios ocupados, incluyendo Jerusalén Oriental, a fin de evitar esta shoah anunciada por el Estado de Israel contra los palestinos y hacemos notar que, de no tomar las medidas que se impongan para evitar el “holocausto todavía mayor”, la comunidad internacional cargará inevitablemente con una gran parcela de responsabilidad por haberlo dejado acontecer.
Dr. Farid Suwwan
Embajador de Palestina en la República Argentina
www.palestina.int.ar
Fuente: http://www.organizacionislam.org.ar/portada/comuembapale.htm
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