El ejecutivo que lidera el primer ministro Saad Hariri lleva varias semanas casi paralizado debido a las diferencias internas en torno a las gravísimas repercusiones que podrían tener en el país las conclusiones del Tribunal Internacional que juzga el asesinato del ex jefe del gobierno, Rafic Hariri, y que podrían vincular a miembros de la organización chiíta radical con dicho homicidio.
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