La sobreviviente de la Shoa Judy Weissenberg Cohen les contó su historia sobre el Kol Nidre de 1944 a estudiantes en la Marcha por la Vida de 1997.
Kol Nidre es una oración recitada en sinagogas de todo el mundo que marca la apertura del día judío de expiación: Iom Kipur.
Cuando Weissenberg Cohen tenía 16 años, dos mujeres mayores en la barraca que les pidieron permiso a kapos (prisioneras de alto rango) para recitar el Kol Nidre en la víspera de Iom Kipur, que se los permitieron, pero solo durante diez minutos.
En una barraca con 800 mujeres, recibieron una vela y un Sidur, dijo Cohen. El grupo estaba compuesto por mujeres judías religiosas, ateas y agnósticas. Mientras tanto, las dos kapos vigilaban para comprobar si llegaba algún guardia de las SS.
Nacida en Hungría como la menor de siete hermanos, Judy y su familia fueron deportados a Auschwitz-Birkenau en junio de 1944. Los padres de Judy, junto con cuatro de sus hermanos y la mayor parte de su familia, perecieron en la Shoa.
Cohen dijo que «increíblemente, todo esto sucedió en un lugar donde sentimos que era apropiado que en lugar de pedirle perdón a D’s, D’s debería pedirnos perdón a nosotros».
La mujer que recitó la oración en la barraca lo hizo lentamente para que el resto de las mujeres pudiera repetir las palabras.
Sin embargo, en lugar de repetirlas, lloraban. “Nuestra oración fue el sonido de ese increíble llanto de 800 mujeres”, dijo Cohen. «Parecía darnos consuelo».
El Kol Nidre era un recordatorio de sus «vidas anteriores y normales», dijo, incluso si en el fondo sentían que D’s no escuchaba sus oraciones. «La oportunidad de llorar y recordar juntas nos ayudó a sentirnos mejor».
En 1948, después de pasar dos años en Bergen-Belsen y sobrevivir a una Marcha de la Muerte, Judy se mudó a Canadá, donde se casó, tuvo hijos y se convirtió en activista de la educación sobre la Shoa y el antirracismo.
«Incluso hoy, muchas décadas después, cada vez que voy a los servicios de Kol Nidre, no puedo evitarlo», concluyó Judy.
«Ese es el Kol Nidre que siempre recuerdo.»
Este martes, con la salida de la primera estrella, el mundo judío conmemorará la jornada más sagrada y solemne del calendario hebreo, de ayuno -el único decretado en la propia Torá- y contrición, durante la cual D’s termina de juzgar a la humanidad y sella su dictamen para el resto del año, preferentemente en el Libro de la Vida.
En Iom Kipur el precepto más importante es la abstinencia de ingerir alimentos y bebidas, la cual se extiende por unas 26 horas, hasta la salida de las estrellas del día siguiente, que es anunciado con el toque del shofar.
La prohibición involucra a todo hombre y mujer judíos mayores de 13 y 12 años, respectivamente, que esté en condiciones físicas de cumplirla, y también incluye el bañarse, mantener relaciones sexuales y usar calzado de cuero, cosméticos y perfumes.
Los enfermos de cierta gravedad, las embarazadas, quienes amamantan y los niños están exceptuados de ayunar, y en el caso de los tres primeros, están obligados a no hacerlo.
A diferencia del resto de los días del año, en Iom Kipur se recitan cinco plegarias: una al comenzar la jornada (Kol Nidréi, que pide el borrado de todas las promesas incumplidas y debe ser recitada antes de la puesta del sol), dos por la mañana (Shajarit y Musaf) y otras tantas antes del anochecer (Minjá y Neilá).
En cada una de ellas se recita el Vidúi (confesión) y se le implora al Creador que absuelva a los pecadores de sus errores e incumplimientos.
Otro de los segmentos más «populares», es el Izcor, el servicio de recordación de los familiares fallecidos, una cita ineludible incluso para quienes solo asisten a las sinagogas en ese momento.
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