Feministas y activistas por los derechos de las mujeres iraníes, tanto dentro como fuera de la República Islámica, denunciaron haber sufrido ciberataques dirigidos a sus cuentas en las redes sociales.
Una carta conjunta enviada por muchas de estas mujeres iraníes a Meta, la empresa que engloba a las plataformas de redes sociales, que se publicó el mes pasado, afirmaba que al menos 20 de sus cuentas, en algunos casos centradas en el discurso feminista, sumaron miles de seguidores en un corto periodo de tiempo que resultaron ser bots, un programa automatizado diseñado para imitar a los usuarios humanos, normalmente con malas intenciones.
La carta acusaba al gobierno iraní de ser el encargado de los ciberataques.
«En estos ciberataques, que suelen ser gestionados y patrocinados por empresas afiliadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), los bots se meten en nuestras páginas en las redes sociales para inutilizarlas temporalmente», expresaba la carta abierta.
Faravaz Farvardin es una cantante clandestina iraní que escapó de la República Islámica tras ser procesada por cantar ilegalmente, y que hoy reside en Alemania. Según declaró a The Media Line, las feministas iraníes creen que el gobierno gastó grandes sumas de dinero en los ataques.
«Les está pasando a todas las feministas iraníes. Algunas de ellas ya tenían 300.000 seguidores, otras 2.000. Empezaron a atacarnos a todas», explicó Farvadin.
Nasrin Afzali, activista de los derechos humanos de Irán que actualmente reside en Massachusetts (Estados Unidos), es otra víctima del ataque.
«Mi cuenta en las redes sociales se llama ‘Feminism Every Day’, y la tengo desde hace casi ocho años», manifestó a The Media Line.
Afzali señaló que su cuenta fue atacada por primera vez en abril de 2022. «Me di cuenta de que me seguían cantidades muy grandes de usuarios falsos en un periodo muy corto».
La joven dijo que inmediatamente se puso en contacto con Instagram y con otros activistas de los medios de comunicación cuyas organizaciones se supone que ayudan a combatir los ataques digitales y cibernéticos. «Fueron útiles en ocasiones anteriores, pero esta vez no pudieron hacer nada», detalló.
Farvardin también recordó que le sorprendió la cantidad de nuevas cuentas falsas que la seguían y dijo que, según el algoritmo de Instagram, cuando una cuenta consigue tantos seguidores falsos, su número de seguidores crece, pero los likes y las visualizaciones siguen siendo los mismos, lo que provoca un desequilibrio con el número de seguidores. «Eso hace que Instagram empiece a mostrar tus publicaciones, tu perfil y tu historia a menos gente», expresó.
Farvardin agregó que, como música, necesita compartir sus creaciones. «Tengo conciertos, mi vida diaria pasa por mi Instagram: En primer lugar, porque es la única forma que tengo de conectar con mis fans, y con las mujeres de Irán. En segundo lugar, porque está amenazando mi trabajo y lo está cambiando todo para mí».
Otra de las mujeres cuya cuenta fue atacada es Saba Abdollahi, activista feminista iraní, crítica y autora de la revista feminista «Bidaad», que sigue viviendo en Irán.
Abdollahi explicó que después de que se desequilibrara el número de seguidores, likes y opiniones de su cuenta en las redes sociales, se arruinó su actividad en la plataforma. «Las vistas de cada una de mis publicaciones eran terribles, mis historias estaban casi ocultas a mis seguidores y, debido al enorme número de notificaciones de nuevos seguidores, no tenía acceso a mis comentarios. Además, mi página no aparecía en el motor de búsqueda de Instagram».
Las tres mujeres dijeron que las cuentas falsas que empezaron a seguirlas se crearon unos días antes, no tenían publicaciones y sus fotos de perfil eran caricaturas, personas de aspecto asiático cuyas fotos se utilizaban para muchas cuentas diferentes, o fotos de Qasem Soleimani, que fue el comandante de las fuerzas de élite iraníes Quds antes de ser asesinado en Irak en enero de 2020.
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