El ambiente estival llega con toda su fuerza en Israel: el país sigue levantando las restricciones por el coronavirus y sus ciudadanos -en plena ola de calor- pueden volver a bañarse a partir de hoy en las aguas de su litoral mediterráneo.
En Tel Aviv, muchas personas aprovecharon para darse el primer chapuzón del año después de que el Gobierno anunciara ayer el fin del veto para ello. La sensación era de cierta normalidad, aunque las playas no estaban masificadas y había suficiente espacio para mantener el distanciamiento físico entre grupos.
Pero entre el sol radiante y las altas temperaturas, muchos amigos se sentaban en círculos con comida y bebidas, sin cuidar mucho las distancias.
En las playas tampoco había indicaciones relativas al coronavirus, salvo en los baños -desinfectados cada hora-, donde sí hay señales que marcan la distancia de seguridad de dos metros.
Los chiringuitos estaban abiertos, pero con capacidad limitada y solo para servir en la zona de barra.
Sin embargo, en una ciudad turística como Tel Aviv, el ambiente en primera línea de costa no es el mismo sin bares, restaurantes u hoteles abiertos. Estos establecimientos permanecen cerrados y no se prevé que abran hasta la semana que viene, un indicador de que la atmósfera playera propia del lugar no ha recuperado aún toda la marcha festiva por la que es conocida.
Israel, donde el impacto de la COVID-19 fue relativamente leve, ha superado desde hace semanas la fase más crítica de la pandemia, y sigue con el levantamiento gradual de restricciones para volver a la rutina por completo. Hasta el momento registra 279 fallecidos y más de 16.650 infectados, aunque 13.480 de estos ya se han recuperado.
La vuelta progresiva a la normalidad del país también se hace patente en la vida religiosa, otro elemento central para muchos habitantes de Tierra Santa: a partir de hoy, sinagogas, iglesias o mezquitas pueden abrir de nuevo al público, aunque los templos no pueden acoger a más de cincuenta personas y los fieles deben mantener dos metros de distancia entre ellos.
Aún así, en Jerusalén, el Monte del Templo – el primer lugar más sagrado del judaísmo y el tercero para el islam- seguirá cerrada hasta el próximo 27 de mayo, tras el fin del mes de Ramadán. La basílica del Santo Sepulcro tampoco abrirá inmediatamente, pero se prevé que lo haga en los próximos días.
Oren muchísimo para que el mundo pueda volver a retomar la libertad, la normalidad, me alegro mucho por estas buenísimas noticias, ya era hora. Nuestras oraciones por las familias de los fallecidos.