Las fuerzas de seguridad se preparan ante las oraciones de los viernes en la Mezquita de al-Aqsa y el inicio del mes de Ramadán, con los atentados de la última semana que provocaron la muerte de once israelíes.
La Policía, las Fuerzas de Defensa de Israel y el Shin Bet (Servicio de Seguridad General) se encuentran en máxima alerta ante la posibilidad de enfrentamientos con manifestantes palestinos y atentados como los de la última semana.
Tropas del ejército llevaron a cabo operativos durante esta madrugada para realizar «arrestos preventivos» para evitar y frustrar atentados.
La Policía aumentó su presencia en barrios y ciudades en Israel. Además las FDI incrementarán sus tropas en los alrededores de Gaza ante la posibilidad de que se generen disturbios y protestas en la zona fronteriza.
Se desplegaron también baterías de Cúpula de Hierro ante la posibilidad de que organizaciones palestinas lancen misiles contra Israel. En las fuerzas de seguridad creen que las tensiones con los palestinos durarán varias semanas.
También se teme por episodios de violencia por parte de factores extremistas judíos.
El incidente del martes fue el tercer ataque de este tipo antes del mes sagrado musulmán del Ramadán. Los dos ataques anteriores, llevados a cabo por ciudadanos árabes de Israel que se inspiraron en el grupo extremista Estado Islámico, han planteado preocupaciones de una nueva ronda de violencia antes de un período delicado en el que convergen tres importantes festividades musulmanas, judías y cristianas.
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