Fuentes diplomáticas de Israel dijeron ayer que el acuerdo entre las potencias mundiales e Irán es mucho peor que el tratado marco principal firmado hace cuatro meses en Lausana, y agregaron que desde entonces ha habido aún más concesiones. Bajo la presunción de que se firmará un acuerdo, Jerusalem se prepara para su próxima batalla: evitar que se apruebe en el Congreso.
El secretario de Estado americano, John Kerry, mantuvo una conferencia de prensa en Viena el sábado, en la que dijo que acuerda con el sentimiento del canciller iraní Mohammed Zarif de que el acuerdo “nunca ha estado más cerca”. Además remarcó que las “circunstancias adecuadas” podrían llevar a que se firme esta semana.
Sin embargo mencionó las brechas que todavía quedan sobre asuntos principales. Funcionarios de Israel se inmutaron por los reportes de desacuerdos en las conversaciones de Viena y sugirieron que estos fueron filtrados a propósito antes de firmar el acuerdo final, informó el medio israelí Ynet.
Según la información obtenida por funcionarios de Jerusalem, las potencias acordaron dar mayores concesiones sobre un número de centrifugados, así también como para su investigación y desarrollo. Además, aparentemente han hecho concesiones sobre el tema del alivio de las sanciones.
Funcionarios israelíes todavía están haciendo presión para los retoques de último minuto del acuerdo, incluso si las chances de implementarlos son bajas. El ministro de Infraestructura y Energía de Israel, Yuval Steinitz, habló con representantes de Alemania, Francia y Gran Bretaña en los últimos días, y les llamó la atención ante puntos débiles del acuerdo.
En anticipación al acuerdo, funcionarios de Jerusalem se parran para presionar al Congreso de Estados Unidos para evitar que se firme el acuerdo.
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