Ivanka Trump, la hija del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó el jueves el memorial del gueto de Varsovia, después de que la comunidad judía polaca criticara que su padre no tuviera previsto hacerlo durante su visita a la capital polaca.
Ivanka, de 35 años, empresaria y consejera de su padre, que se convirtió al judaísmo antes de casarse con un nieto de supervivientes del Holocausto, depositó una corona de flores con el mensaje “De parte de Estados Unidos” en el monumento dedicado a las víctimas del levantamiento del gueto de Varsovia en 1943.
Después recitó el Kadish, una oración para los muertos, con el gran rabino de Polonia, Michael Schudrich, antes de visitar el Museo de la Historia de los Judíos Polacos (POLIN), un gran edifico moderno cerca del monumento.
El rabino Schudrich calificó su presencia de “muy, muy importante”, añadiendo asimismo que estaba “triste” de que su padre se convirtiera en el primer presidente estadounidense en 25 años en no haber visitado el monumento.
El miércoles, Schudrich publicó junto a otros responsables de la comunidad judía una declaración en la que lamentaba esta situación.
La portavoz del museo POLIN, Zaneta Czyzniewska, indicó por su parte a la AFP que su centro “supo solo hoy” que Ivanka Trump tenía la intención de visitar el monumento.
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