Las celebraciones del Año Nuevo judío, previstas para la próxima semana, coinciden con un fuerte aumento de las visitas de judíos a la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, sagrada para los musulmanes, lo que ha prendido las alarmas de autoridades israelíes ante posibles enfrentamientos violentos.
“En vista de la inminente llegada de una gran multitud” a partir del próximo domingo para las fiestas y oraciones del Año Nuevo judío, “la Policía de Israel aumentará su actividad en los próximos días alrededor de la Ciudad Vieja y sus callejones, en las rutas de los fieles” y en el Muro de las Lamentaciones, indica un comunicado de la Policía.
La policía recibió alertas de inteligencia sobre posibles ataques en la ciudad durante las fiestas, advirtió a la prensa local el comandante del Distrito de Jerusalén, Doron Turgeman, al explicar que desplegará 2,000 agentes en los principales eventos y se duplicará el número de policías en motocicletas para responder a cualquier incidente.
Las festividades religiosas suelen ser un momento tenso en Jerusalén, ya que un gran número de personas acuden a los lugares sagrados de la ciudad, aumentando la probabilidad de enfrentamientos entre seguidores de distintas religiones.
Esta vez, el Año Nuevo del judaísmo coincide con un aumento de las visitas de judíos al Monte del Templo -la Explanada de las Mezquitas para los musulmanes-, una polémica práctica que atiza los choques.
En los últimos 12 meses, el lugar recibió más de 50,000 visitas de judíos, casi el doble que el año anterior, anunció en Twitter la organización Beyadenu, que promueve esta práctica.
La famosa mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, donde los musulmanes sitúan el ascenso del profeta Mohamed a los cielos, está ubicada al interior de la amurallada Ciudad Vieja en la Explanada de las Mezquitas, que los judíos denominan Monte del Templo y donde sitúan los vestigios de los templos de Salomón y Herodes.
Este es uno de los tres lugares más sagrados para los musulmanes y el más sagrado para los judíos, pues a sus pies se encuentra el Muro de las Lamentaciones, lugar reservado para el culto judío y donde ocurren las principales oraciones de su año nuevo.
La Explanada de las Mezquitas está bajo la custodia de Jordania, aunque los accesos están controlados por Israel, desde que ocupó Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967.
En virtud del “statu quo” vigente, los judíos no pueden acceder a la explanada para rezar, aunque sí pueden hacerlo como visitantes.
Sin embargo, muchos de ellos, sobre todos ortodoxos y ultraortodoxos, desafían estas normas, actuando incluso en contra de leyes judías que prohíben los rezos en ese lugar.
Muchos rabinos han cambiado su postura y promueven las oraciones judías en la Explanada, provocando la respuesta -muchas veces violenta- de palestinos y musulmanes.
A principios de año, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, las tensiones estallaron en los alrededores de Al Aqsa, y en mayo, antes de una multitudinaria marcha de ultranacionalistas israelíes, decenas de judíos colonos entraron a rezar a la plaza.
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