En un comunicado el Llamamiento sostiene que la línea de violencia retórica del ejecutivo que incluye insultos, ofensas, amenazas, intimidaciones, oprobios, insolentes e improperios coarta la libertad de expresión y atenta contra la democracia.
El «Llamamiento Argentino Judío» es una organización política que representa a un sector progresista de la comunidad judía argentina. Se define como una institución comprometida con la democracia, la equidad social y la soberanía popular. Su objetivo es contribuir a la profundización del Estado de Derecho y la justicia social en el país.
Fustiga, además, a la jerarquía de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) porque al intentar adueñarse de la interpretación del ascenso del nazismo decidió acompañar al presidente Milei en su sostenido ataque a la prensa.
Al mutismo sobre el negacionismo gubernamental relativo a la dictadura genocida instaurada en 1976, ahora la DAIA guarda silencio ante los repetidos ataques al periodismo, hace caso omiso a las agresiones contra la comunidad LGBT, al sistema universitario y científico, enmudece frente a los insultos a «los zurdos» y a todos aquellos que no están de acuerdo con sus políticas.
Resulta llamativo también -acota el comunicado- que la jefatura de la DAIA haya pasado por alto los insultos contra el Papa Francisco, mientras en su página web insiste en presentarse como una institución que promueve “los derechos humanos, el dialogo interreligioso y la convivencia respetuosa”.
El Llamamiento Argentino Judío resume que las investigaciones que alimentan la memoria sobre uno de los hechos más traumáticos para la humanidad –como lo fue el ascenso al poder del nazismo– conforman un legado que no tiene dueño: su rememoración nos permite mantenernos en alerta ante las señales del inicio de procesos que tienen pretensiones totalitarias.
Los integrantes de este grupo sostiene que «en nuestra concepción judía y humanista –claramente opuesta a la verbalizada en forma hipócrita por la DAIA– no se acepta el odio, la intolerancia, el macartismo ni el desprecio hacia los más vulnerables».
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