Natalie Portman quiere llevar a la gran pantalla la novela ‘Una historia de amor y oscuridad’, del escritor israelí Amos Oz, que narra la infancia del autor en Jerusalén durante los últimos días del Protectorado Británico de Palestina. La versión cinematográfica tiene que empezar a rodarse el próximo jueves, pero la idea no entusiasma a todos los habitantes de Jerusalén.
Como escenario para algunas escenas de la película la productora escogió el antiguo barrio de Nahlaot, donde se encuentran un centenar de sinagogas. Es precisamente por este motivo que los judíos ultraortodoxos residentes del barrio escribieron una carta de protesta, pues no ven con buenos ojos que se ruede un film cerca de templos e instituciones religiosas.
A la hora de coordinar el rodaje con el Ayuntamiento de Jerusalén los funcionarios no informaron debidamente a los residentes del barrio. Estos opinan que las escenas que se filmarán “deberían haber sido examinadas para garantizar que no van a herir la sensibilidad de nadie”, según expresaron en su carta, aunque el Ayuntamiento ya les ha dado su palabra de que los actores vestirían con modestia.
Sin embargo, algunos judíos ultraortodoxos de Nahlaot ya han escrito en las paredes grafitis contra lo que ellos llaman “invasión extranjera” de su barrio.
La teniente de alcalde de Jerusalén, Rachel Azaria, dijo a Channel 10 que existe una tensión constante entre los que quieren garantizar la diversidad de la ciudad y los grupos extremistas que intentan destruirla. Se da la circunstancia de que, a pesar de haber vivido casi toda su vida en EE.UU., Natalie Portman nació en Jerusalén.
Tenemos a esta joven triunfadora judía no sólo por nacimiento sino ¡¡por convicción!!. Y lo ha demostrado con creces. ¡Nuestra “mujer bonita” ! vuelve al lugar que la vio nacer pero: siempre hay “peros”. ¿Hay necesidad que los “peros” vengan de nuestras propias huestes? ¿No alcanza con las de “afuera”? ¡¡ Ay…los extremos!! Siempre peligrosos…pueden estar al borde del acantilado.
mirta s. kweksilber: respetuosa de todas las creencias e ideas, en la medida que quienes las tengan- sean respetuosos y razonables. Estamos en el siglo XXI. Y eso es innegable. Y va más allá de “interpretación” alguna, del “momento” que como judios del mundo se vive.
Vergonzoso… Ella es una magnifica persona