La sala municipal de exposiciones de la iglesia de Las Francesas acoge hasta el próximo 18 de mayo más de un centenar de grabados del artista judío Marc Chagall correspondiente a su serie de ilustraciones de la Biblia. Se trata de 105 obras grabadas al agua fuerte que ilustran episodios bíblicos tanto del antiguo como del Nuevo Testamento.
Fue el marchante de arte Ambroise Vollard quien encargó esta serie de grabados concebidos en un periodo bastante extenso, entre 1930 y 1956. María Oropesa, comisaria de la muestra en Valladolid, ha recordado que Chagal es uno de los artistas “más importantes” del siglo XX, “muy obsesionado con la biblia” y ha definido de “serie fantástica” la colección expuesta.
Oropesa se ha referido a Picasso cuando dijo que Chagal “no pintaba, sino que soñaba la Biblia”. Por su parte, la edil de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Mercedes Cantalapiedra, ha definido al artista “como uno de los pintores más admirados por el despliegue del color, de su magia y alegría” y ha celebrado que la muestra coincida en el tiempo con la celebración de la Semana Santa, la Feria del Libro y la Noche de los Museos.
Esta serie es una de las más importantes que ejecutó Chagall en su carrera artística. Destacan escenas tan conocidas como La creación del hombre, La liberación de Jerusalén o El sueño de Salomón. Según relatan los expertos, a pesar de que las obras están grabadas en blanco y negro, la serie posee un gran dinamismo y se aleja de la monotonía. “Cada obra muestra un pasaje y lo hace con una fuerza que nos atrapa y conmueve”.
El propio artista se sentía fascinado por esta técnica y decía que “sosteniendo una piedra litográfica o una placa de cobre, creía trocar un talismán. Me parecía que podía poner en ellas todas mis tristezas, todas mis alegrías. Todo lo que a lo largo de los años había atravesado mi vida”.
Sus orígenes judíos se dejan ver en alguna obra como la de La Huida a Egipto, en la que recuerda en cierto modo las imágenes en la que los judíos eran trasladados a los campos de concentración durante el holocausto nazi. Completa la muestra ocho obras coloreadas a mano y firmadas por el propio artista. La exposición puede visitarse en Las Francesas hasta el 18 de mayo, de martes a domingo de 12 a 14 horas y de 18.30 a 21.30 horas.
Si a una obra de pintor de talla internacional pudiese acceder: Marc Chagall sería mi elegido.
Porque su obra me parece de una belleza y serenidad sin par.
Y porque Marc Chagall nació en Vitebs: un pueblito, de la Rusia Imperial. Igual que mis abuelos paternos y mi padre también. Y en el mismo siglo lo hicieron.
Nunca quise saber si coincidieron en algún año en ese Vitebs de Shtetl y memoria. Si acaso se conocieron.
Elegí ese orgullo de pueblito y coincidencia de judíos y opresión y la magia de soñarme que una mirada entre ese Chagall joven y mis queridos: ocurrió. Como la magia que sobrevuela sus lienzos, de criaturas etéreas, cabras y cielos, fuerza, color.
¿Será qué alguno de esos cielos fue acaso de Vitebs? ¿Fue también el de mis abuelos?
Mirta S. Kweksilber,
diario judio