La Casa Blanca celebró el jueves su segunda cena virtual de la Pascua judía, en la que altos funcionarios de la administración Biden aprovecharon la oportunidad para relacionar las lecciones de la fiesta judía, con la difícil situación del pueblo ucraniano que lucha contra la actual invasión rusa.
La Pascua, conocida como Pesaj en el mundo judío, es «una historia que me hace pensar en la gente que se enfrenta a la guerra y al conflicto en comunidades de todo el mundo, incluido el valiente pueblo de Ucrania», dijo el Segundo Caballero Doug Emhoff, el primer cónyuge judío de un presidente o vicepresidente, en su discurso de apertura antes de presentar al Presidente de los Estados Unidos Joe Biden y a la Primera Dama Jill Biden.
«Durante esta fiesta, nuestros corazones están con el pueblo de Ucrania y con toda la gente que lucha por la libertad. Que el espíritu de la Pascua nos libre de la opresión, nos lleve adelante y nos dé fuerza», dijo el presidente estadounidense.
La tradición del seder (cena) de la Casa Blanca comenzó como un evento interno para el personal judío -al que se unió el presidente- durante la administración de Barack Obama, pero desde entonces se transformó en una reunión pública, en ocasiones utilizada para conectar los muchos temas de la fiesta con los asuntos actuales.
El ex presidente Donald Trump y su familia se negaron a asistir a las cenas de la pascua judía de la Casa Blanca durante su mandato, a pesar de que su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner son judíos observantes.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresó que el viernes ella y su marido Emhoff organizarían un festejo tradicional en la residencia de la vicepresidenta con parte de su personal judío.
«El año que viene en Jerusalem», dijo, utilizando la frase que recitan los judíos al final del seder.
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