La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) advirtió en su informe anual sobre antisemitismo en el país que en 2023 se incrementaron en un 44 % las denuncias por manifestaciones antisemitas y que se potenciaron especialmente tras el ataque del grupo terrorista islámico Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Según el informe, durante 2023 se registraron un total de 598 denuncias, de las cuales casi un 60 % se produjeron entre octubre y diciembre, tras el masivo ataque de Hamás y la respuesta militar israelí en la Franja de Gaza.
El documento fue presentando en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que constituye el distrito con más hechos denunciados en todo el país, por el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, junto al decano de la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Jorge Biglieri.
«En las universidades se registró un alza significativa de la judeofobia y la retórica antisionista aumentó en un 380 por ciento con relación a 2022, en todo el país», explicó la organización en un comunicado
Del total de denuncias registradas en el año, el 65 % fueron por «hechos sucedidos en el espacio digital», principalmente en las plataformas Facebook y X (antes Twitter), mientras que el 35 % restante se dieron en «el espacio presencial».
Además, el 18 % requirieron de gestiones administrativas que reviertan o detengan la agresión y sólo el 5 % se constituyeron en hechos jurídicamente denunciables, detalló la DAIA, mientras que el 64 % fueron registradas para su análisis cualitativo y cuantitativo, debido a que por sus características no posibilitaron acciones de otro tipo.
La matanza por parte del grupo terrorista islámico palestino en las comunidades del territorio israelí dejó unos 1.200 muertos mientras que alrededor de 250 personas fueron secuestradas y llevadas a la Franja de Gaza como rehenes.
En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron una fuerte contraofensiva contra Hamás y otras organizaciones terroristas palestinas que controlan a la población del enclave.
«En diversos países se multiplicaron protestas contra la existencia del Estado de Israel, manipulando a la opinión pública con información sin sustento acusando a las víctimas de victimarios. Al tiempo que aumentaron los niveles de odio antijudío», señaló Knoblovits en la presentación del informe.
«Lamentablemente, el racismo antijudío, si bien nunca había desaparecido, emergió de su aparente latencia sin eufemismos», agregó, y destacó que «lejos de generar reacciones de estupor y de condena», han observado «en muchos casos, salvo honrosas excepciones y con profundo dolor, la indiferencia y el aumento de un antisemitismo ‘justificado’ en el antisionismo».
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