Entre estos bienes se encuentra la monumental sinagoga Kaduri Mekor Haim, la más grande de la Península Ibérica; el Museo Judío, situado a pocos metros de la sinagoga; y un cementerio llamado “Campo da Igualdade Isaac Aboab”.
Se trata de una decisión sin precedentes en el mundo judío, iniciada hace cuatro años, cuando la Comunidad de Oporto decidió garantizar que sus bienes no puedan ser reclamados por el Estado u otras entidades públicas, como ocurrió con muchos bienes comunitarios robados o nacionalizados durante el siglo XX durante el Holocausto, o el saqueo de bienes judíos en Medio Oriente y el Norte de África cuando los judíos fueron expulsados u obligados a huir.
Un monumento a este acuerdo fue inaugurado el domingo, con motivo del Día Europeo de la Cultura Judía, en el Museo Judío de Oporto, que recibe regularmente a visitantes de todo el mundo. El texto del monumento llama a todas las comunidades judías de la diáspora a dar un paso similar y salvaguardar legalmente quién heredará sus bienes en el futuro.
Michael Rothwell, director de los Museos Judío y del Holocausto en Oporto, y nieto de judíos alemanes que perdieron todo lo que poseían en la Alemania de Hitler, explicó el motivo: “Es hora de que el optimismo judío tradicional mire hacia atrás y se dé cuenta de que el saqueo de los bienes judíos no ocurrió sólo en la antigüedad y la Edad Media”.
“Basta con retroceder unos años, hasta el siglo XX, para recordar que no sólo las comunidades asquenazíes de Europa central y oriental, sino también muchas comunidades sefardíes, especialmente en los países árabes y musulmanes, fueron despojadas de su patrimonio y sus bienes”, agregó Rothwell.
En los últimos años, la Comunidad Judía de Oporto se ha convertido en una de las comunidades judías más destacadas y en desarrollo del mundo, con importantes bienes que incluyen sinagogas, museos, biblioteca, cine, restaurante y galería de arte.
La Agencia Judía fue elegida heredera de la Comunidad Judía de Oporto debido a su importancia en la fundación y desarrollo del Estado de Israel y de la comunidad judía global.
Fundada en 1923 por el capitán Barros Basto, conocido como el “Dreyfus portugués”, después de haber sido expulsado del ejército por ayudar a realizar circuncisiones a los conversos, la comunidad ha producido numerosas películas sobre la historia de los judíos en Portugal, incluida “1506 – El genocidio de Lisboa” y “1618”, la película portuguesa más aclamada internacionalmente en la historia. Cuenta también con un Museo del Holocausto que, cada año, acoge a más de 50.000 adolescentes de escuelas de todo el país.
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