La consellera de Acción Exterior y Unión Europea, Meritxell Serret, se reunirá con las comunidades judías para presentar el documento del grupo de trabajo por el fomento de la cohesión social en Catalunya ante la guerra en Gaza. La comunidad judía de Barcelona, comunidad centenaria que construyó la primera sinagoga en la península Ibérica, no asistirá a esta reunión.
Serret hizo una carta el pasado 5 de marzo para invitar a la comunidad judía al acto de presentación, pero la comunidad judía contestó al día siguiente, asegurando que no asistirían. “Aunque me pese, hace falta que informe de que no asistiré. Nuestra decisión se fundamenta en la falta de comprensión en las relaciones que el gobierno actual de la Generalitat de Catalunya pretende mantener con la Comunidad que presido. Nos preocupa profundamente que el departamento de Acció Exterior i Unió Europea sea designado como el principal interlocutor de las comunidades judías de Catalunya, cuando sus competencias no afectan directamente a nuestro colectivo”, destaca la carta. Así, insisten que “la comunidad judía ha sido parte integral de Catalunya durante siglos, y ha contribuido significativamente a su identidad y desarrollo, demostrando un compromiso profundo con Catalunya y nuestros valores compartidos”.
Descontentos con la comunicación entre el Govern y la comunidad judía
En este sentido, la carta también recuerda que Exteriors canceló la apertura de una delegación de la Generalitat que “habría funcionado como puente de conexión”. Según la comunidad judía, eso habría servido para las “relaciones culturales, económicas, deportivas y académicas entre Israel y Catalunya, que nosotros esperábamos con gran ilusión.”
En este sentido, constatan que “el departamento de Acción Exterior no ejerce competencias que impacten directamente en nuestra comunidad. No tenemos ninguna delegación en el exterior, más allá del respeto fraternal que nos une a todo el pueblo de Israel, nuestro hogar nacional. Catalunya no dispone de una delegación en Israel que pueda servir como un potencial vínculo”.
Por otra parte, en la carta, la comunidad judía siente que sus peticiones son desatendidas y constantemente derivadas en otros departamentos. “Entendemos que nuestra interlocución con la Generalitat de Catalunya tendría que producirse con los departamentos pertinentes. Como el de Presidencia, porque el presidente lo es de todos los ciudadanos de Catalunya, y porque es el departamento que tiene las competencias de Asuntos Religiosos, en tanto que confesión reconocida y como miembro fundador que somos de la Federación de Comunidades Judías (FCJE.ORG); o con Educación, en tanto que fundadores del Colegio Hatikvah, el único centro educativo del mundo donde se imparten nuestros valores milenarios y tradición en catalán; o con Cultura, por los temas de patrimonio histórico judío, como las “juderías”; o con Justicia, por las cuestiones de memoria histórica como, por ejemplo, la Shoá. En cambio, somos derivados constantemente al departamento de Acción Exterior. Usted sabe que hemos pedido reuniones con el presidente de la Generalitat y con todos”. De esta manera, constatan que “consideramos que eso es una anomalía interpretativa, que no refleja adecuadamente nuestra posición como ciudadanos y ciudadanas de Catalunya”.
Molestos con la reacción del Govern para el 7 de octubre
Paralelamente, la carta también ha servido para criticar la falta de respuesta y empatía por parte del Govern por el ataque de Hamás, el pasado 7 de octubre. “Mientras que otros líderes mundiales expresaron inmediatamente solidaridad con las comunidades judías locales, no recibamos la misma consideración de parte de nuestro gobierno. Vemos cómo presidentes de todos los países del mundo invitaron a las comunidades judías locales a compartir su dolor después de tal matanza y a nosotros no solos no nos invitaron, sino que lo hemos pedido y ni siquiera así se nos ha recibido. Tampoco nos acompañaron en el acto que celebramos en la ‘Gran Sinagoga Maimònides de Barcelona’, dos días después de los ataques atroces del 7 de octubre. Ni a la multitud de actos por el retorno de los rehenes secuestrados por Hamás; ni tampoco a las diferentes proyecciones de cine, conciertos, conferencias y actos culturales a que los hemos invitado: nunca ha venido ni el presidente ni ningún miembro del gobierno”, concluye la carta.
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