El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó el viernes por unanimidad los argumentos de un grupo de supervivientes del Holocausto que exigían que Hungría pagara reparaciones por la confiscación de sus propiedades durante la Segunda Guerra Mundial.
La opinión del tribunal en el caso República de Hungría contra Simon fue emitida por la jueza Sonia Sotomayor, que declaró que a los estados extranjeros se les concede “inmunidad presunta frente a demandas en los Estados Unidos”, lo que significa que los gobiernos extranjeros no pueden ser demandados en los tribunales estadounidenses a menos que se cumplan ciertas condiciones excepcionales.
Según la opinión, para demandar a una entidad extranjera en los tribunales estadounidenses, “los demandantes deben satisfacer una de las excepciones a la inmunidad establecidas en la FSIA [Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras]”. Las excepciones de inmunidad de la FSIA establecen que la propiedad expropiada en violación del derecho internacional y que tiene una conexión comercial con los EE. UU. es elegible para una demanda en los tribunales estadounidenses.
Los supervivientes del Holocausto y sus herederos habían citado esta excepción de la FSIA, que despoja a un gobierno extranjero de la inmunidad en casos que involucran propiedad confiscada en violación del derecho internacional. Argumentaron que la propiedad confiscada tenía un “nexo comercial” con los EE. UU., ya que los acusados húngaros vendieron la propiedad y mezclaron el dinero de esa venta con fondos en una cuenta del tesoro del gobierno.
El tribunal determinó, en cambio, que la excepción es una “desviación limitada” de la regla general de que los gobiernos extranjeros tienen inmunidad ante demandas en los tribunales estadounidenses. En otras palabras, si bien existen circunstancias especiales en las que se puede presentar una demanda contra un gobierno extranjero, esas situaciones son poco frecuentes. Por lo tanto, el tribunal dictaminó que la mezcla de los ingresos de la propiedad confiscada con fondos del gobierno no era un nexo comercial suficiente con los EE. UU., ya que no cumplía las condiciones específicas para que se aplicara la excepción.
Durante la ocupación de Hungría por la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, los judíos fueron perseguidos, asesinados sistemáticamente y enviados a campos de concentración a través de los Ferrocarriles Estatales Húngaros. En 2014, Hungría también fue demandada por los sobrevivientes y sus herederos, exigiendo reparaciones por el trato que recibieron por parte del estado, en este caso a través de los Ferrocarriles Estatales Húngaros. La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el reclamo en 2021.
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