Según un reciente sondeo, la mitad de los encuestados israelíes cree que Israel no debe atacar los reactores nucleares de Irán.
La investigación, realizada por el Instituto Dahaf Survey para el canal de televisión del Parlamento de Israel, reveló que el 50% no quiere un ataque israelí contra Irán, incluso si fracasan los intentos de resolver el problema con métodos diplomáticos.
El 43% de los encuestados, a su vez, apoya una acción militar contra Teherán en el caso de que fracase la vía diplomática. Dicha investigación demostró que el 78% de los israelíes considera que un ataque militar atrasaría unos años la fabricación de armas nucleares en Irán, y sólo el 16% cree que un duro golpe contra Teherán resolvería el problema por completo.
Cabe precisar que la mayoría de los estadounidenses también se opone a una agresión militar de su país contra Irán. Según reveló el sondeo de la organización World Public Opinion, realizado junto con el Instituto de Maryland, el 69% de los estadounidenses cree que EE.UU debe limitarse a una presión diplomática contra los iraníes.
Mientras tanto, los líderes de dichos países se muestran más bélicos que sus pueblos. En abril de este año EE.UU e Israel podrían atacar a Irán. Así lo mencionó la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en una reunión con el canciller ruso, Sergei Lavrov, diciendo que las negociaciones que mantendrá con el sexteto internacional en abril serán «la última oportunidad» para la República Islámica de resolver el conflicto con métodos diplomáticos.
Rusia, a su vez, no calificó de «última oportunidad» la reunión del sexteto que se celebrará en abril. «Decirlo así es confesar su falta de profesionalismo. No existe la última posibilidad. Todo depende de la voluntad política y Rusia hará todo lo posible para que esta voluntad no desaparezca, sino que se refuerce», dijo el vicecanciller ruso, Sergei Riabkov.
Aunque los rumores sobre una pronta invasión de Israel y EE.UU a Irán siguen aumentando fomentados por los mismos líderes de dichos países. Obama declaró varias veces que no excluye ningún escenario contra Irán. A su vez, el jefe del Pentágono, León Panetta, informó hace poco de que Israel podría atacar las instalaciones nucleares de Irán esta primavera o a principios del verano, aunque subrayó que EE.UU no quiere participar en esas acciones.
A su vez, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se muestra convencido de que Irán ya se aproximó demasiado a la obtención de una bomba atómica, por lo que Israel no puede aplazar una operación militar.
Al mismo tiempo, según muchos expertos, no es muy posible un gran conflicto en la zona. Para EE.UU no es deseable desatar una operación militar en vísperas de elecciones presidenciales. Es evidente que esto puede tener un efecto negativo en los índices de popularidad de los candidatos a la presidencia.
Una pequeña guerra triunfante por la que, según los observadores, apuesta Israel, no se desarrollaría de forma tan fácil. Al mismo tiempo una guerra grande no traerá beneficios ni políticos ni económicos para nadie.
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