El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no prolongará la misión de observadores Unsmis en Siria: “La Unsmis se acaba”, dijo el embajador de Francia en la ONU, Gérard Araud en Nueva York.
“Todos tuvimos la impresión de que no se dan las condiciones para la prolongación”. Sin embargo, la presencia de la ONU en Siria continuará, añadió. En una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el ministro manifestó su apoyo a la apertura de una oficina de conexión en Damasco, dijo Araud.
El mandato de la misión vence el próximo domingo 19 a la media noche. Para su prolongación se habían puesto dos condiciones: menos violencia y el cese del uso de armas, algo que no se cumplió.
Todavía hay 101 observadores militares y 72 civiles en el país, dijo el vicesecretario general para medidas de paz de la ONU, Edmond Mulet, quien informó previamente a los miembros del Consejo sobre la actual situación en Siria. “El último observador militar abandonará Siria el viernes 24 de agosto. Eso es porque todo debe transcurrir ordenadamente. Pero una vez que expire el mandato el 19 de agosto lógicamente ya no realizarán más observaciones”.
Entretanto, Aleppo fue de nuevo una de las ciudades más castigadas por la violencia, con un saldo de 40 muertos ayer, según la activista independiente Wed al Hayat. Estas muertes suceden a otras 40 el miércoles, por bombardeos del ejército en Azaz, según la denuncia de Human Rights Watch. Aunado a lo anterior, un activista opositor en la periferia de Damasco, Omar Hamza, informó del hallazgo de 60 cadáveres maniatados, que no han podido ser identificados.
En este marco, la jefa humanitaria de la ONU, Valerie Amos, dijo que hasta 2.5 millones de desplazados necesitan ayuda en Siria y urgió a las fuerzas rebeldes y gubernamentales a hacer más por proteger a los civiles. “Más de un millón de personas han sido desarraigadas y enfrentan la desnutrición. Quizás un millón más tiene necesidades humanitarias urgentes debido al creciente impacto de la crisis sobre la economía”, dijo.
El coronel Yaarab al Charaa, ex jefe de la oficina de la Seguridad Política en Damasco y primo del vicepresidente sirio, el sunita Faruq al Charaa, anunció su deserción del régimen y su adhesión a la revolución.
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