Alice Herz-Sommer, quien permaneció cerca de dos años en el campo de concentración de Theresienstadt, en Checoslovaquia, cumplió este lunes 109 años y se convirtió en la sobreviviente del Holocausto más longeva del mundo.
La historia de Herz-Sommer, quien vio cómo los nazis asesinaban a su madre, su marido y sus amigos, se convirtió en la obra titulada ‘El mundo de Alice’ (Zenith), de Caroline Stoessinger.
Alice Herz-Sommer nació el 26 de noviembre de 1903, es una pianista y profesora de música.
Desde 1986 que vive en el norte de Londres y con una personalidad fascinante pasó a ser una de las sobrevivientes de la Shoá más conocidas del mundo.
Alice Herz-Sommer, que es también la concertista de piano más anciana, fue deportada junto a su marido, el violinista amateur Leopold Sommer, y su hijo Rafi en 1943.
Una vez en el campo de concentración, Herz-Sommer interpretó más de cien piezas musicales para sus compañeros presos y se las ingenió para dar lecciones de piano en secreto.
Justamente, “El mundo de Alice” recuerda cómo cuando era joven y llegó Adolf Hitler al poder, algunos de sus amigos o gentiles vecinos se apartaban de ella por temor a perder la vida, o cómo a su hijo le prohibieron asistir a las guarderías checas e incluso jugar con niños no judíos.
De acuerdo a lo relatado en el libro que resume su vida, la madre de Alice fue de las primeras a las que le llegó la notificación de su deportación a Theresienstadt, a principios de 1942, y Herz-Sommer la acompañó hasta el centro de deportación. “Nunca olvidaré la imagen de mi desconsolada madre, con 72 años, alejándose sin mirar atrás”, cuenta en el libro, al tiempo que añade que esa fue la última vez que la vio.
En el campo de concentración la joven interpretó numerosos conciertos. Herz-Sommer recuerda a un joven que, tras un concierto en el que interpretó obras de Beethoven, la detuvo, le dio las gracias por sus conciertos y le prometió que ni ella ni su hijo estarían en ninguna lista de deportación. Herz-Sommer cree que les salvó la vida.
Cuando el Ejército soviético liberó Theresienstadt, el 8 de mayo de 1954, Alice y Rafi regresaron a Praga -su marido había sido separado de ambos, deportado a Auschwitz y después a Dachau- pero, según cuenta la autora, los judíos no eran bienvenidos allí.
Solo gracias a la ayuda de la Cruz Roja y de sus clases de piano pudieron salir adelante en medio del “antisemitismo” que existía.
Ante esta situación, Herz-Sommer decidió emigrar a Israel donde se encontraría con sus hermanas y algunos amigos. Más adelante se trasladaría a Londres, donde se había asentado su hijo, que falleció en 2001.
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