Danny Weissler, hijo del fallecido Manilaner Max Weissler, también ofreció flores. Lo acompañaron Asher Gofer, hijo de sobrevivientes del Holocausto; su esposa filipina Daisy y su hija Doryliz. La huella de Doryliz está tallada en el suelo del monumento para simbolizar a los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto y la amistad continua entre Filipinas e Israel. En la colocación de ofrendas florales también participaron líderes de varios grupos y organizaciones de la comunidad filipina.
En la ceremonia también estuvieron presentes la ex embajadora de Filipinas en Israel, Petronila García; el Sr. Simi Salpeter, un querido y viejo amigo de la Embajada y de los filipinos en ISR, la reportera diplomática Silvia Golan; y la Sra. Tony Levy, responsable de relaciones externas del Holon Institute of Technology (HIT).
Después del programa se sirvió a los invitados merienda tradicional filipina como ginataang bilo-bilo, puto, suman y jugo de buko.
La Embajada de Filipinas continúa cumpliendo su tarea clave de difundir la conciencia sobre la Política de Puertas Abiertas de Quezón, la historia de los habitantes de Manila y lo importantes que son para las relaciones entre Filipinas e Israel. Con este fin, la Embajada realiza proyecciones de películas y documentales, participa en conmemoraciones históricas, asiste a eventos de conmemoración del Holocausto e imparte conferencias a organizaciones y estudiantes judíos. La Embajada también alberga Balai Quezon, un centro cultural y de información dedicado a la vida y el legado del difunto presidente.