Una encuesta elaborada por el Instituto Panel Politics, y difundida por el diario Maariv, sugiere que, si se llevaran a cabo hoy las elecciones, el partido gobernante Likud, del primer ministro, Benjamín Netanyahu, sería la agrupación política más votada con 29 escaños (actualmente el Likud cuenta con 36 diputados).
El partido religioso nacional Yamina, del diputado Naftalí Bennett, obtendría 22 escaños (actualmente tiene solo cinco diputados en el Parlamento).
Entre los partidos ultraortodoxos, el sefaradí Shas retendría sus nueve escaños; mientras que el askenazi Judaísmo Unido de la Torá conservaría firmemente sus siete diputados.
El socio de la coalición, Azul y Blanco, liderado por el ministro de Defensa, Benny Gantz, caería a diez legisladores (actualmente tiene 15 escaños en la Knéset).
La alianza de centro Yesh Atid-Telem, encabezada por los diputados Yair Lapid y Moshé Yaalón, conseguiría 18 diputados.
El partido nacionalista secular Israel Beitenu (Israel Nuestro Hogar), del diputado Avigdor Liberman, lograría ocho escaños.
La Lista Unida árabe resbalaría a once escaños (actualmente tiene quince diputados).
El partido de izquierda Meretz obtendría cinco escaños (hoy en día tiene solamente tres diputados en la cámara legislativa).
Los partidos Laborista, Gesher, Otzma Yehudita y Hogar Judío no lograrían superar el umbral mínimo electoral (3,25% de los votantes) para ingresar en la Knéset (Parlamento).
Con esta constelación, el bloque de derecha obtendría 67 escaños, en comparación con 45 del bloque de izquierda, y ocho diputados del partido Israel Beitenu.
El sondeo de opinión fue elaborado en base a una muestra representativa de 541 encuestados recolectada online por Panel4All.
El miércoles, la Knéset aprobó, por 61 votos a favor y 54 en contra, de forma preliminar una moción para autodisolverse y empujar a elecciones, por cuarta vez en menos de dos años.
De cualquier manera, ese proyecto de ley aún requiere ser aprobado en otras tres votaciones antes de ser aceptado.
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