La comunidad judía en Reino Unido se plantearía abandonar el país si Jeremy Corbyn llega a convertirse en primer ministro durante las próximas elecciones generales, según ha confirmado uno de sus líderes en una entrevista con el diario británico The Times. A pesar de que aún quedan alrededor de tres años hasta los próximos comicios, las tensiones se han ido acrecentando con los religiosos durante las últimas dos semanas en lo que ya se ha convertido en una bola de nieve que podría incluso terminar derribando al líder de los laboristas por su inacción a la hora de erradicar el antisemitismo entre sus filas.
Por el momento, la polémica ya le está afectando a él directamente según las últimas encuestas, mientras que la valoración del partido sigue estable, lo que indica claramente en quién está focalizando el público la culpa por la situación que se está viviendo. Según el último sondeo de YouGov sobre 1,662 personas, el porcentaje de votantes que cree que está “haciendo las cosas mal” ha subido 19 puntos desde diciembre hasta el 56%, mientras que los que dicen que “lo está haciendo bien” representan ahora un 31% tras una caída del 14%. Una situación que no afecta al partido laborista, que ha visto cómo en la última semana la intención de voto hacia su formación ha crecido un 2% hasta situarse en el 41%.
“No sé si con sus palabras ha cruzado la línea roja (del antisemitismo), pero de hecho al unirse a grupos como Jewdas (radicales de ultra izquierda anti sionistas) y no hacer lo suficiente para erradicar los grupos anti semitas de su partido, está condenado a terminar cruzándola”, arremetió Rabbi Goldschmidt, presidente de la Conferencia Europea de Rabinos.
Estos datos, y la presión popular, han conducido al veterano líder a admitir que el problema que tiene su partido con el antisemitismo va más allá “de un par de manzanas podridas”. “Estoy comprometido con asegurar que el partido laborista es una formación inclusiva y segura para los judíos”, aseguró.
Dudas de su compromiso
Sin embargo Goldschmidt no tiene tan claro el compromiso por parte de Corbyn y no dudó en demandarle el cumplimiento de las demandas de British Jews si no quería ser identificado como no elegible como primer ministro por parte de la comunidad judía. “Si los judíos sentimos que sólo podemos tener asegurado nuestro futuro y seguridad con un partido en el gobierno, mientras que el otro no lo consigue, es un problema que pone a nuestra comunidad en una nueva situación en la que, antes de cada una de las elecciones, todo será cuestionado”, explicó Goldschmidt, cuya asociación representa a más de 700 importantes sinagogas de las que 150 se encuentra en territorio británico.
“Imaginemos, por ejemplo, que Marine Le Pen gana las elecciones en Francia. En ese momento estoy seguro de que miles de judíos se plantearían abandonar el país”, dijo. Goldschmidt matizó que no pretende hacer un paralelismo entre el Frente Nacional Francés y el laborismo británico, pero añadió que si los judíos piensan que hay un partido que les preocupa, que no respeta su presencia en Reino Unido ni busca su seguridad es muy probable que pase algo parecido.
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