Un grupo de destacados rabinos sionistas ha decidido que una estudiante biológica sólo puede asistir a una clase de niñas, independientemente de cómo se “identifique”.
Los rabinos enviaron una carta a la facultad de un sistema de escuelas públicas religiosas sobre una niña que había sido colocada en la clase de niños en una escuela religiosa en Givat Shmuel.
La carta decía que “la halajá no reconoce cambios artificiales y prohíbe este comportamiento y vestir a un niño como niña o a una niña como niño… Las imaginaciones no cambian la realidad”.
Si bien puede parecer obvio que la halajá considera que el estudiante es una mujer, lamentablemente en la era moderna, la sociedad se ha degradado hasta el punto en que algunos pueden encontrarlo sorprendente.
La carta fue firmada por: el rabino Chaim Druckman, el rabino Dov Lior, el rabino Yaakov Ariel, el rabino Chaim Steiner, el rabino Eitan Eisman, el rabino Shmuel Eliyahu, el rabino David Chai HaCohen, el rabino Uri Cohen, el rabino Elyakim Levanon, el rabino Zalman Melamed, el rabino Ya’ akov Filber, el rabino Isser Klonsky, el rabino Aryeh Stern, el rabino Mordechai Sternberg, el rabino Yaakov Shapira y el rabino Yosef Artziel.
Según Arutz Sheva, la carta decía: “La niña debe ser colocada en la clase de niñas. Debemos tener cuidado de no hacerle daño y tratarla con paciencia. La Halajá no reconoce cambios artificiales y prohíbe este comportamiento y vestir a un niño como una niña o una niña como un niño. Por lo tanto, la niña debe unirse a una clase de niñas. El papel de una escuela religiosa es observar la Halajá y actuar de acuerdo con ella”.
Es apropiado “tener cuidado de dañar a esa chica. Hay que ayudarla con paciencia, a reconocer la identidad en la que fue creada. Las imaginaciones no cambian la realidad, la creación maravillosa, ya que Hashem la creó como niña y con derecho a crecer como mujer y madre”.
“En el ambiente público en el que nos encontramos, se dice aún con más fuerza: Bienaventurados somos, qué bueno es que sigamos el camino de la Torá, que nos protege de las ideas erróneas e ilumina nuestros ojos para reconocer el camino recto .”
La carta concluye diciendo que inicialmente hubiera sido adecuado tratar el asunto en privado con la familia, “pero como el problema es de dominio público no hay escapatoria para abordarlo de manera pública autorizada”.
Y si este tipo de “inadecuación” con el judaísmo entrará en la propia casa de estos individuos con criterios arcaicos e inhumanos?
Le pregunté a una joven ortodoxa a quien “los homosexuales de dan asco” : “y si uno de tus hijos lo es, que haces? ‘.
Me respondió “D’ no lo permitirá porque eso está prohibido mismo si tolerado bajo condición de abstinencia. ”
De ridículo parece que nadie muere…