Al parecer, el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, manifestó su disposición a colaborar con Arabia Saudita para impulsar un acuerdo provisional con Israel como parte de un esfuerzo de normalización más amplio.
En particular, Abbas no está insistiendo en un compromiso explícito para establecer un Estado palestino. En su lugar, su principal objetivo en este momento es asegurar la dedicación inquebrantable de Israel a la solución de dos Estados, según informó el canal N12 israelí y confirmó The Jerusalem Post.
Esto supone un cambio significativo para Abbas, que en el pasado había rechazado sistemáticamente cualquier propuesta de asentamientos provisionales y se había negado a debatir un marco de este tipo.
El canal N12 afirmó que durante las negociaciones en las que participó una delegación palestina en Riad, se llegó a un entendimiento con los saudíes. Según este entendimiento, el acuerdo provisional implicaría que Israel cedería el control de áreas específicas dentro del Área C, que representan aproximadamente el 60% de Judea y Samaria, a la jurisdicción de la AP, transformándolas de hecho en el Área A.
Además de este cambio territorial, los palestinos solicitaron que Arabia Saudita abogue por el reconocimiento de Jerusalem Este como futura capital de un Estado palestino.
El primer ministro Benjamín Netanyahu estrecha la mano del jefe de la AP Mahmoud Abbas en el funeral de Shimon Peres, en Jerusalem, 2016. (crédito: AMOS BEN-GERSHOM/GPO)
El cambio de postura de Abbas puede atribuirse a que se dio cuenta de que oponerse a los Acuerdos de Abraham fue un importante paso en falso. Según el informe, ahora considera más ventajoso para los palestinos alinear sus posiciones con Mohammed bin Salman, el príncipe heredero saudí, en lugar de arriesgarse a oponerse a él.
Exigencias de Arabia Saudita sobre la cuestión palestina
Al mismo tiempo, Arabia Saudita ha esbozó una serie de exigencias a Estados Unidos en relación con la cuestión palestina, que pueden plantear un complejo desafío en futuras conversaciones.
Estas demandas giran predominantemente en torno a medidas diplomáticas y económicas:
- El establecimiento de oficinas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington.
- Regulación de los salarios de los prisioneros de seguridad para garantizar que no se desvían fondos de la AP para este fin.
- Impulsar el estatus de observador de la AP en las Naciones Unidas y avanzar hacia la consecución de la condición de miembro de pleno derecho.
- La apertura de un consulado estadounidense en Jerusalem Este.
Estos acontecimientos reflejan un cambio dinámico en el panorama político de la región y muestran la evolución de las prioridades y estrategias de las principales partes implicadas en el conflicto palestino-israelí.
Mahmud Abbas sabe que no representa a nadie.
Por lo tanto no es posible fiarse en tal o cual compromiso que M.Abass prometa.