La canciller alemana, Angela Merkel, agradeció este domingo a los sobrevivientes del campo de concentración de Dachau su compromiso como testigos del horror al cumplirse el 70 aniversario de su liberación.
“Es una gran suerte que haya personas que estén dispuestas a contarnos su historia, el infinito sufrimiento que les hizo padecer Alemania en épocas del nacionalsocialismo”, celebró Merkel.
La canciller honró especialmente a los sobrevivientes longevos que relataron su calvario durante la pronunciación de sus discursos.
“Lo ocurrido es tan difícil de concebir que por ello cobran más importancia los testimonios”, resaltó la mandataria, la primera jefa de gobierno alemán que acude a un aniversario de liberación de un campo del nazismo.
Durante el acto en el antiguo crematorio de Dachau, Merkel tomó asiento junto al presidente de la Comunidad del Campo de Dacahu, Max Mannheimer. El hombre, de 95 años de edad, se mostró preocupado por los brotes de racismo y antisemitismo en el mundo. “Del acto de recordar debe emanar la conciencia de la responsabilidad”, expresó.
También representantes de la comunidad judía advirtieron del peligro de un rebrote de racismo y antisemitismo en Alemania.
“Cuando observo cómo algunos ciudadanos instigan contra los refugiados o se expresan de forma despectiva sobre los judíos me pregunto: ¿Cuán firme es nuestra convicción de que la dignidad humana es un bien supremo?”, dijo el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster.
Schuster demandó que sea obligatorio para todos los colegios la visita a un campo de concentración. “Los jóvenes tienen que entender el mensaje: Ustedes no son culpables, pero tienen la responsabilidad”.
La presidenta de la Comunidad Israelita de Múnich, Charlotte Knobloch, previno también de querer poner “punto final”.
Al acto asistieron cerca de 130 sobrevivientes y familiares además de veteranos del ejército de Estados Unidos y numerosos invitados de dentro y fuera de Alemania.
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