Concluida la ceremonia, el rabino del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinovich y los dos rabinos principales de Israel, el Ashkenazí David Lau y el sefaradí Yitzhak Yosef, recibieron a los asistentes en una gran sucá, construida especialmente para la ocasión.
Respecto de la nefasta resolución de la Unesco que niega el lazo entre Jerusalem y los judíos, Rabinovich opinó que la mejor respuesta a ello son “los millones de judíos que rezan en el Muro de los Lamentos con sus miradas hacia el Monte del Templo”.
“La Unesco, que fue fundada en nombre de los valores más altos, ataca a Israel, que invierte enormes esfuerzos para garantizar la accesibilidad de los sitios sagrados a todos los credos y alienta al Waqf musulmán, que destruye en forma sistemática todo resto arqueológico del Monte del Templo. Con esta lamentable decisión, la Unesco perdió su derecho a existir”, cuestionó Rabinovich.
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