Miles de israelíes se reunieron el sábado por la noche en protestas contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, como parte de las manifestaciones en curso sobre su acusación por cargos de corrupción y manejo de la pandemia de coronavirus.
La protesta principal tuvo lugar frente a la residencia del primer ministro en Jerusalén, donde se han celebrado con regularidad manifestaciones contra Netanyahu en los últimos meses. Los informes de los medios hebreos sitúan la participación en más de 15.000 personas, mientras que los organizadores estimaron la multitud en unas 32.000 personas, según la cantidad de brazaletes que se entregaron a los manifestantes cuando entraron a la plaza.
Se desplegaron cientos de agentes de policía en el lugar.
La manifestación parecía ser la más grande hasta ahora de un movimiento creciente que ha visto a miles tomar las calles para manifestarse contra Netanyahu durante el último mes. También se llevaron a cabo protestas más pequeñas en Cesarea, frente a la residencia privada de Netanyahu, y en pasos elevados de carreteras en todo el país.
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El número de familias con niños fue especialmente destacado en la manifestación de Jerusalén, además de los grupos de jóvenes.
Muchos activistas se disfrazaron de extraterrestres, en homenaje burlón al hijo del primer ministro, Yair Netanyahu, quien a principios de semana se burló de los manifestantes como “extraterrestres”.
Representantes de empresarios independientes se sumaron a la protesta, ya que no se realizó ninguna manifestación separada de los golpeados económicamente por la pandemia. En cambio, los organizadores pidieron que se llevara a cabo una única manifestación unificada en la residencia del Primer Ministro.
Muchos manifestantes sostenían carteles hechos a mano en los que denunciaban lo que, según ellos, era un gobierno independiente y pedían a Netanyahu que “dejara ir a mi gente”. Un grupo de manifestantes construyó un submarino de papel maché, en referencia a un caso de corrupción masiva que involucró la compra de embarcaciones navales que atrapó a los asociados de Netanyahu pero no al propio primer ministro, y lo llevó a través de la multitud.
Al menos dos bandas tocaron en extremos opuestos de la manifestación, una vista poco común desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, mientras grupos de jóvenes bailaban canciones de protesta a todo volumen a través de un altavoz en la calle Keren HaYasod.
Michael Córdoba, de 41 años, sostenía un cartel que decía “la izquierda y la derecha se niegan a ser enemigos”. Córdoba, quien se identificó a sí mismo como de derecha, dijo que Netanyahu sobrevive políticamente “dividiéndonos”.
Hay tantas razones por las que deberíamos poder trabajar juntos ”, dijo, y agregó que estaba optimista sobre las protestas después de la participación del sábado por la noche. “Cuanta más gente viene, más se inspiran a seguirlos”.
La policía de Jerusalén permitió que los manifestantes permanecieran hasta después de la medianoche, pero comenzó a exigir que los manifestantes se dispersaran a partir de las 12:30 a.m. del domingo, expulsando a los que se negaban a irse por la fuerza en medio de cánticos de “no violencia” y “vergüenza”.
La plaza fue despejada a la 1:30 a.m., con tres personas detenidas por “alterar el orden público y atacar a los agentes”, según la policía. Un fotógrafo de Haaretz también fue detenido brevemente a pesar de mostrar sus credenciales de prensa. Un portavoz de la policía acusó al fotógrafo de agresor a un oficial.
Otra manifestación se llevó a cabo cerca de la casa privada de Netanyahu en la ciudad costera de Cesarea, con estimaciones de hasta 1.000 participantes.
Antes de las principales manifestaciones, se llevaron a cabo pequeñas protestas en puentes y pasos elevados de carreteras en todo el país. Leer más.
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