A pesar de la nueva ola por coronavirus que azota actualmente a Europa del Este, una multitud se reunió para decirle adiós a Aurel Vainer. A los 89 años, el histórico líder de la comunidad judía rumana falleció en Bucarest.
El referente de la Federación de Comunidades Judías de Rumania fue enterrado con honores militares y políticos de todo el espectro dijeron presente en el cementerio judío de la capital rumana. Vainer fue también miembro del congreso rumano en tres oportunidades.
“Conoció la persecución antisemita y el odio de quienes lo rodeaban”, dijo David Saranga, embajador de Israel en Rumania, en el funeral. «Sin embargo, a pesar de todo el sufrimiento, eligió vivir una vida en el espíritu del amor”.
Séptimo hijo de una familia de comerciantes modestos, Vainer nació en el shtetl de Stefanesti, al noroeste rumano, en 1932. Sobrevivió a los horrores de la Segunda Guerra Mundial. A los nueve años fue testigo de la visita de un comando de la Guardia de Hierro, quienes le confiscaron los bienes a su padre.
Su madre se hizo cargo de la casa y sus hermanos comenzaron a trabajar para llevar dinero al hogar. Vainer pudo estudiar y recibirse de economista bajo la era comunista.
A poco tiempo de jubilarse con 73 años en 2004, lo eligieron representante de judíos rumanos en el Parlamento. Luego lo seleccionaron en 2005 como director de la Federación de Comunidades Judías de su nación natal.
«Yo era el único sionista en la familia, y soy el único que no ha hecho aliá. Vivíamos una vida colectiva al mismo tiempo que descargamos madera de los barcos en el puerto. Acepté mi destino. Es decir, muy poca gente y grandes obligaciones”, afirmó Vainer décadas atrás.
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