Más de 30 años después de la muerte del novelista Roald Dahl, autor de famosas historias para niños como “Matilda”, “Charlie y la fábrica de chocolate” o “El gran gigante amistoso”, sus opiniones siguen causando revuelo.
Ahora, el Museo Roald Dahl de Londres, donde se resguardan algunos de los objetos personales del autor de origen británico, marcó distancia con respecto a las opiniones que el autor tenía sobre el pueblo judío.
“El Museo Roald Dahl condena todo el racismo dirigido en contra de cualquier grupo o individuo. Apoyamos totalmente la disculpa realizada en 2020 por la familia Dahl y la Compañía de Historias Roald Dahl por los puntos de vista antisemitas de Dahl”, señaló la institución en un comunicado.
A lo largo de los años, Dahl realizó declaraciones abiertamente antisemitas a distintos medios de comunicación, lo que ha sido cuestionado recientemente por distintos medios y organizaciones que luchan en contra del racismo.
“Hay algo en el carácter de los judíos que provoca adversión, quizá es su falta de generosidad hacia los no judíos. Siempre hay una razón por lo que las cosas anti-algo crecen en todos lados, incluso un apestoso como Hitler no lo hizo sin razón”, declaró Roald Dahl en una entrevista concedida en 1983 al medio New Statesman, y la cual es considerada como profundamente antisemita.
En otras ocasiones, el escritor cuestionó las acciones militares emprendidas por Israel en Líbano y durante la Guerra de los Siete Días, además de considerarse abiertamente opositor de los sionistas, un grupo ultra al interior del judaísmo.
“El racismo de Roald Dahl es innegable e indeleble, pero esperamos que lo que perdure sea el potencial del legado creativo de Dahl para hacer el bien”, remata el Museo.
Piden revisar la obra de Dahl por bullying
Hace algunos meses, la decisión de la editorial que posee los derechos de la obra del autor británico, entre las que se encuentran obras como “Jim y el durazno gigante”, de crear versiones inclusivas y que no fomenten el bullying, causó gran conmoción.
Descripciones de personajes como Augustus Gloop, el chico que bebe chocolate en los ríos de la historia “Charlie y la fábrica de chocolate”, donde se le nombra como “gordo” o “hipopótamo”, se cambió a simplemente “enorme”.
Recientemente, la obra de Dahl fue sometida a un escrutinio riguroso. Foto: Wikimedia Commons
“Si Dahl nos ofende, debemos dejarlo de imprimir. Se pueden leer todos esos maravillosos autores que están escribiendo actualmente, quienes no obtienen mucha atención debido al enorme peso comercial de autores como Roald Dahl”, opinó en su momento el escritor inglés Phillip Pullman.
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